Y, por fin, en agosto salió A Dance with Dragons, el quinto libro de la saga A Song of Ice and Fire, y en una semana me había leído sus 959 páginas. ¿Mi impresión? Es lento, farragoso y, sin duda, el peor de los cinco.
A Song of Ice and Fire, saga que me encanta, va perdiendo empuje a meddia que van saliendo los libros. El primero es el mejor sin duda alguna, el segundo no le anda a la zaga, el tercero es también muy bueno pero tiene el problema de que muere tanta gente que hace que te pierdas en la maraña de personajes que te presentan en el cuarto y en el quinto que, en teoría, son simultáneos (aunque en la práctica los primeros capítulos de A Feast for Crows ocurre antes que los de A Dance with Dragons, y los últimos de éste después del final de aquel). Los Stark van cediendo su protagonismo a los Lannister, los Baratheon e incluso los Greyjoy y aparecen personajes nuevos (como el Alto Septón) que trastocan todo el equilibrio de poderes en Westeros de formas inimaginables en los primeros libros. Pero esto, que bien hecho podría ser un giro argumental inesperado, tal y como lo hace Martin simplemente rompe el hilo argumental y te deja preguntándote qué rayos pasa, mientras él exprime la gallina de los huevos de oro.
A Dance with Dragons iene algunos puntos fuertes y algunas tramas que son un auténtico pestiño. Como puntos fuertes, en mi opinión, los hilos argumentales de Jon y Stannis, que están en el estilo y con el ritmo al que nos tiene acostumbrados la saga desde el principio. Como tramas aburridas, la de Tyrion (increible pero cierto), la de Quentyn Martell y, sobre todo, la de Daeneris.
Se supone que JRR Martin (y ojo que aquí empiezan los spoilers) tardó tantísimo en terminar este libro porque estaba liadísimo con el «nudo myrines» («the myrinese knot«) que era tan intrincado y complejo que no sabía como resolver. En realidad no tiene nada de intrincado ni de complejo: son las historias bastante lineales de cuatro personajes, contadas en tres hilos que esperas que converjan de alguna manera pero que solo lo hacen parcialmente (Tyrion no llega a conocer a Daeneris) y que en realidad duran poquísimo juntas. La historia de Daeneris es un auténtico tostón, llena de descripciones largas y tediosas a lo Tolkien mal entendido (si vuelvo a leer una de un tokar me suicido) y de discusiones estúpidas sobre si es mejor llevar este o aquel vestido, salir a pasear en caballo o en elefante, o tirarse a ese o casarse con aquel. La intriga myrinesa no tiene nada de intrigante y como no hay forma de resolverla (porque no hay datos) no atrapa en absoluto al lector, y la evolución del carácter del personaje y su relación con los dragones se podría haber estudiado muchísimo más (y hacer así el libro más interesante). La historia de Tyrion, quitando dos o tres salidas y chistes, es otro rollo porque al pobre no le dejan hacer nada hasta el final del libro: le llevan de un lado a otro todó el libro quiera o no quiera: primero Illyrio, luego los Griffs, luego Jorah Mormont y por último Yezzan. No es libre para empezar a meter cizaña hasta el último capítulo. Y el viaje de Quentyn Martell simplemente sobra. Toda esa línea argumental, que empieza al final de A Feast for Crows y se cierra al final de A Dance with Dragons es totalmente prescindible y no aporta nada más que doscientas páginas de tedio hamletiano. Lo único bueno de las tramas de más allá del mar es la adición de Barristan el Bravo como personaje PoV, algo con lo que estoy muy de acuerdo y que (espero) dará el contrapeso «Eddard-Starkiano» a Tyrion.
Respecto a las de Westeros, pues bueno. Insisto en que las de Jon y Stannis son las dos muy buenas (de hecho echo de menos otro capítulo de Stannis) aunque la adición de Melisandre como personaje PoV me parece totalmente superflua. Las dos de los Greyjoy (Asha y Victarion) están más o menos en la línea de los argumentos de los Greyjoy, y las de los Lannister (Jaime y Cersei) están bastante bien por lo que sabes de los personajes y, particularmente, por el giro que da la suerte de Cersei, que supongo que afectará seriamente a la psicología del personaje (en el próximo libro, claro). Estas seis líneas son lo mejor del libro, particularmente las dos primeras.
Y quiero dedicarle un apartado a Reek («Apestoso»), un nuevo PoV que Martin usa para que nos enteremos de qué está pasando en las filas de los Bolton, ya que no olvidemos que Roose Bolton es ahora Guardián del Norte y Señor de Invernalia. Supongo que estos capítulos levantarán pasiones, habrá gente a quien le encanten y gente a quienes le horroricen. Personalmente me gusta muchísimo como está descrita la psicología del personaje (aunque empecé a sospechar en el primer capítulo y me di cuenta del truco en el segundo). Toda la estructura de pensamiento, las despersonalización, el síndrome de Estocolmo, la relación D/s tan brutal y completa me encantan, están -en mi opinión- perfectamente descritas y lo dice alguien que conoce el subespacio del esclavo. Me encanta meterme en la mente de Reek en esos dos o tres primeros capítulos, aunque estoy seguro de que a muchísima gente le resultará extremadamente desagradable, y es que no está todo el mundo hecho para el BDSM…
En fin, el libro se deja leer, pero no está a la altura de los anteriores. Oh, sí, hay que leerlo si sigues la saga es un must absoluto, pero creo que en este libro Martin empieza a cojear. O lo arregla muy deprisa y muy bien en A Dream of Spring o, como sea otro peñazo como este, se cargará la saga para los restos.
Ah, y no olvidemos la sorpres final, claro. Ya sabéis aquel dicho de que cada vez que alguien le preguntaba cuándo iba a estar terminado A Dance with Dragons, Martin mataba un Stark. El problema era que no le quedaban suficientes Starks, claro, así que optó por matar a César, antes de que se corone rey para embarcarse en la guerra contra los partos y destruya todo lo que es y ha sido siempre Roma.
Ya lo entenderéis. Y os uniréis a mi en a aquel grito en facebook...
sobre todo en lo de tyrion, qué aburrimiento. Y cómo termina el último capítulo del muro es de vergüenza, para un personaje que tenía carisma. Al libro le sobran 400 páginas tranquilamente. Lo que molaba de ASOIAF es que pasaban cosas sorprendentes continuamente, aquí no pasa absolutamente nada hasta la página 700 más o menos (en mi formato electrónico eran unas 1300 pág), los personajes parecen no saber lo que están haciendo y para uno que parece que sabe donde va y lo que está haciendo, va y se lo carga.
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Cada libro es más lento y más farragoso…Me aburrió sobremanera el 4º y por eso no esperaba este con mucho entusiasmo…y no me equivocaba..
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A mi me está costando tela…
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