Memoria y balance de 2015

Se acerca el fin de año y, una vez más, siguiendo la tradición inaugurada por mi hermana Zalasa, llega el momento de hacer balance del año que acaba y propósitos para el año nuevo.

Propósitos que me marqué para 2015:

  • Seguir haciendo ejercicio regularmente. Conseguido. No tanto como me hubiera gustado y particularmente lo he abandonado estas últimas semanas, pero estoy muy contento y orgulloso y espero seguir así.
  • Operarme los ojos. Conseguido. Aunque tengo que decir que estoy un tanto decepcionado: toda la gente que se ha operado con quien he hablado suele decir que veía mejor después de la operación que antes con gafas y en mi caso no es así. Es muy cómodo no llevar gafas y considerando lo que se rompen y lo caras que salen ha sido una buena decisión, pero la verdad es que esperaba más.
  • Cumplir rigurosamente mi plan de adelgazamiento ligado al alcohol. Fracaso rotundo. Me vigilo más, pero en realidad he engordado un kilo. Todo el mundo dice que me ve más delgado así que igual es que he cambiado grasa por músculo o algo, pero mi plan fracasó… pues en enero, o algo.
  • Escribir una entrada de blog a la semana. Rotundo fracaso. Tengo muy poco tiempo y el que tengo se va más en desmentir bulos de Facebook que en crear opinión por mi mismo.
  • Reunir el Circle of Vicious Philosophers una vez al mes. Otro fracaso. Mis queridos filósofos son bastante perros y les cuesta moverse para que haya quorum.
  • Seguir leyendo más. Meh. Algo he leído…
  • Seguir ahorrando. Eso sí. Cada vez me van mejor las cosas, pero sigo teniendo (básicamente) el mismo estilo de vida de los últimos diez años así que todo va a ahorro, lo que es particularmente fácil cuando el 25% de tu neto te llegan en forma de bonus con el que no cuentas y que, disciplinadamente, inviertes de inmediato. Entre el plan de pensiones y las inversiones este año he ahorrado más del 45% de mis ingresos netos, y eso sin contar la operación de los ojos. Y me va a hacer falta.

Cosas buenas de 2015:

  • Me he comprado una casa. No, no es «de las nuestras». Es un bajo nuevo Vallecas (va, venga, haced chistes de que me he vuelto vallecano) que a propuesta de HK se va a llamar Nevershire y aun no hemos termniado de mudarnos, pero este año me he convertido en terrateniente, que es una buena forma de ahorrar. ¡Se acabaron los alquileres!
  • Mi trabajo. La verdad es que últimamente estaba teniendo menos, pero tras la incorporación de un nuevo SVP en Madrid y de un McKinsey particularmente gordo vuelvo a estar hasta las cejas y, sobre todo, vuelvo a hacer lo que más me gusta, que mi tiempo cada vez estaba más dedicado a mis responsabilidades como manager. Tenemos que terminar de adaptarnos el uno al otro pero pinta bien. Y, en general, en enero me subieron el sueldo un 15% y me dieron un bonus aun más gordo que el del año pasado y en diciembre mi evaluación de desempeño me la hizo la jefa de personal en Londres por el procedimiento de llevarme a comer, así que parece que están contentos conmigo. En este ámbito poco puedo pedir.
  • El trabajo de Ana, que por fin ha conseguido en su CV ese nombre anglosajón que necesitaba para consolidar su carrera profesional y tras Kimberly-Clark ha pasado a Morgan Stanley y a partir de ahí the sky is the limit. Me da mucho gusto poder recomendarla profesionalmente, algo que es muy raro que yo haga.
  • Zylgrin y Xinxas vuelven a España. Tras años de exilio francés investigando en Francia, mi hermana y su familia vuelven a Madrid. Y no con el rabo entre las piernas porque hayan fracasado en el extranjero, en absoluto: vuelven porque les da la gana, con André en un buen trabajo e Irene con muy buenas perspectivas y felies y contentos porque, como en España, en ningún sitio. Esto es algo que me hace muy feliz.
  • El viaje a Amsterdam, que Ana tenía muchísimas ganas de hacer y que finalmente hemos podido ver este año. Me ha gustado todavía más de lo que esperaba que me iba a gustar, tengo que ver cuando vuelvo con más calma.
  • El ejercicio regular que ha hecho mucho bien, entre otras cosas para mi autoestima.
  • Raúl, que es un tipo genial al que he tenido el placer de ir conociendo este año. Y es que pocas cosas son mejores que hacer nuevos amigos, sobre todo cuando son listos, divertidos y te puedes ir con ellos de cañas afterwork porque también tienen horarios estúpidos.
  • En general, veo muy bien a mis amigos y a la gente que me importa.
  • El nuevo Dark Hole que no sé lo que durará pero me está gustando mucho.

Cosas malas de 2015:

  • Podemos. Sí, sí, ya, ya, seguro que a muchos os parecerá lo mejor que ha pasado en este año y en los 25 anteriores, pero a mi no y este es mi blog. Podemos es un ejemplo del tipo de actitud del que hablaba antes. Todos estamos de acuerdo en que hay una serie de problemas que hay que solucionar, y sobre todo coincidimos en un sentimiento, pero ese sentimiento cuando se filtra por nuestra cosmovisión nos lleva a hacer cosas diferentes, algunas acertadas y otras desacertadas. Y Podemos es fruto de una cosmovisión errónea, simplista, beligerante y mesiánica que no trae nada bueno y que cambia sin pudor ni mínimo respeto a la coherencia ideológica de discurso. ¿Alguien se acuerda hoy de aquello de «PSOE-PP, la misma mierda es»?
  • Sigo haciéndome viejo. Es algo inevitable pero sigue siendo una puñeta. No obstante el ejercicio hace milagros a este respecto (salvo quitarme las canas de la barba).
  • Y sigo haciéndome pellejo. Probablemente por eso cada vez escriba menos. Cada vez tengo menos ganas de explicarle a la gente que la realidad no es simple y en blanco y negro y con buenos y malos; que en realidad es extraordinariamente compleja, delicada, y que las simplificaciones que hace no son solo perjudiciales para él, ya que no le deja ver las cosas como realmente son y tomar decisiones acertadas, sino para el propio delicado sistema en el que entre como un elefante en una cacharrería. Me gustaba más yo mismo cuando tenía carisma de enseñanza.
  • La rigidez del Sistema, de España y de los españoles, que no es de ahora sino que viene de largo, pero que este año se ha hecho patente como nunca. Y mira que yo creí que ya estaba colmado de estulticia ante la incapacidad de adaptarse de los partidos tradicionales cuando me fui del PP hace tres años, pero no, mira, aun me podían decepcionar más. Y el problema no es solo de las instituciones, también lo es de los ciudadanos, que son cualquier cosa menos ciudadanos. Recuerdo que hace un cuarto de siglo mi padre me dijo que España no era una democracia, que la gente no sabía lo que era una democracia, y que harían falta tres generaciones y bastante suerte para que llegáramos a ser una democracia. En el momento pensé que se equivocaba de cabo a rabo y que debía hablar de su generación, porque la mía ya lo creo que estaba preparada para la democracia. Como casi siempre él tenía razón, hablaba en términos más profundos de lo que yo entendía, y encima yo pensaba que toda mi generación era como yo.
  • Mi más vieja amiga, al parecer, está muy enfadada conmigo porque después de «desaparecer durante años» se me ocurrió mandarle un SMS a ver qué era de su vida. Hay cosas que no termino de entender. En fin…

Propósitos para 2016:

  • Seguir haciendo ejercicio regularmente.
  • Cumplir mi plan de adelgazamiento ligado al alcohol.
  • Escribir una entrada de blog a la semana y no salir de la oficina los viernes hasta haberlo terminado.
  • Reunir el Circle of Vicious Philosophers una vez al mes haya o no haya quórum.
  • Leer un libro al mes que es poquísimo para lo que era yo antes…
  • Seguir ahorrando, lo que en este caso quiere decir amortizar hipoteca, claro.
  • Y un clásico que no depende enteramente de mi: ¡reproducirme de una vez!

Veremos como se da todo. De momento, felices fiestas, y feliz 2016 a todos.

Abrazos,

Arthegarn.

Presupuestos Madrid 2016: suum cuique tribuendi

Decía Ulpiano que la justicia consiste en dar a cada uno lo suyo. Pues bien, este artículo no le va a gustar a mucha gente, aviso. Porque resulta que ni los rojos van a arruinar Madrid gastando a manos llenas como quieren creer algunos, ni el equipo de Carmena está demostrando que otra economía es posible como dicen otros. Todo tiene una explicación simple y esta no es económica, es estrictamente política.

Supongo que todos habréis visto los titulares al respecto, por todos el de Expansión: «Aprobado el primer presupuesto de Ahora Madrid con una subida del 26% en gasto social«(1). Personalmente me he desayunado con el muro de mi querido amigo Accolon, que en temas de propaganda proto-podemita es diariamente la mejor revista de prensa de España y que además detalla alguna de las partidas que se ven más incrementadas.

Viendo esos números caben dos reacciones instintivas: pensar que el gobierno de Ana Botella era una panda de incompetentes o una banda de ladrones y que por comparación el de Carmena está compuesta de genios económicos tan revolucionarios como solidarios, o que te de un breve escalofrío y te preguntes cuánto te van a subir los impuestos para pagar todo eso. Bien, pues ni lo uno ni lo otro.

Los presupuestos de Carmena para 2016 suben, en efecto, los impuestos (fundamentalmente el IBI, que aumenta un 2.4% su recaudación)(2) y las tasas (basuras, por ejemplo)(3) pero en total los presupuestos aumentan 104 millones, una cantidad a todas luces insuficiente para esta batería solidaria de gastos corrientes que requiere algo menos de 650 millones. ¿De dónde sale, entonces, el dinero? ¿Es que, como acostumbraba a hacer el PSOE, va a endeudarse en otros 500 millones para darle panem et circensis a la gente y tenerla contenta y captada clientelarmente para que les voten una y otra vez porque temen (con razón) que si llegan otros al poder se les acabará el chollo? ¿Y que paguen los que vengan después? Pues no, tampoco. Ahora Madrid va a tirar por la calle de en medio y en vez de pedir créditos se va a limitar a no devolver los que ya tiene concedidos.

Puntualicemos. Esto no quiere decir que el Ayuntamiento vaya a incumplir sus obligaciones, por supuesto,(4), simplemente que no los va a devolver tan pronto como podría. Lo que ocurre es que los presupuestos de los últimos tres años han sido muy austeros y el Ayuntamiento ha tenido superávit (ha ingresado más de lo que ha gastado) y que ese superávit se ha dedicado íntegramente a la amortización anticipada de la deuda. Es decir, a pagar deuda que «todavía no tocaba pagar» para evitar que siguiera generando intereses que, a la larga, hacen más costosas las inversiones; dentro todo ello de los planes generales del Estado de reducción de deuda del Estado y, en concreto en el caso de Madrid, en ejecución del Plan de Reducción de Deuda aprobado en 2013 por Ana Botella. Esa forma de gobernar ha supuesto una reducción de la deuda de dos mil millones de euros en dos años (sept 2013 a sept 2015) y que Madrid se halle a cierre de 2015 en condiciones de alcanzar los objetivos del plan simplemente pagando los vencimientos que tocan, sin más amortizaciones anticipadas. O sea, que ya no hace falta seguir apretándose el cinturón como lo hemos venido haciendo y podemos aflojar un poco.

Y esto no os lo creáis porque lo digo yo. Ponedme en duda. Id, por ejemplo, a la propia página del Ayuntamiento de Madrid en la que explican los presupuestos y en la que leemos:

Así que de ahí sale el dinero. Es, fundamentalmente, dinero que Madrid estaba dedicando a un esfuerzo para sanear sus cuentas y que ahora va a dedicar a «otra cosa». Lo cual nos puede parecer bien o mal en función de nuestro criterio político y económico: algunos pueden pensar que lo que hay que hacer es pensar en el futuro y reducir la deuda todo lo posible y lo más deprisa posible; otros pueden pensar que hay mucha gente que lo pasa muy mal y que es imperativo incrementar el gasto social y que haciendo esto lo hacemos y sin endeudarnos ya que es simplemente redistribuir a qué dedicamos el dinero que tenemos y ¿sabéis qué? ambas posturas son legítimas y la actuación del Estado (del Ayuntamiento en este caso) será una u otra en función de a quién hayan votado los ciudadanos como gobernantes. Yo puedo pensar personalmente que el Ayuntamiento debería seguir amortizando deuda anticipadamente, pero lo que no voy a discutir es que lo que hace Ahora Madrid es legítimo y que no es descabellado como dicen algunos. Son criterios económicos distintos y, si hablamos de criterios políticos, creo que el PP de Madrid tiene poca autoridad moral para criticar que no se amortice anticipadamente una deuda contraída casi en su integridad por el ínclito Gallardonothep.

Pero sí que quiero dejaros con dos reflexiones:

  1. Este incremento de gasto social que va a hacer Ahora Madrid solo se puede hacer porque los tres últimos años del PP han sido tan austeros que han dejado al Ayuntamiento en la posición de poder hacerlo. En estos años difíciles se ha pagado tanto anticipadamente que desde aquí, simplemente con pagar las letras que nos tocan, cumplimos el objetivo. Hablando en planta: han sido las medidas austeras e impopulares del PP son las que han permitido que en 2016 tengamos 538 millones que «dedicar a otra cosa». A Ahora Madrid le ha tocado la lotería al coger el Ayuntamiento cuando lo ha cogido, pudiendo presentarse ante el público como los genios que suben el gasto social sin incrementar los impuestos ni pedir nuevos créditos cuando la realidad es que solo pueden hacerlo por lo que, en términos financieros, ha ahorrado el gobierno de la desdichada Ana Botella, que perfectamente podría haber dedicado más a gasto social y menos a amortización de deuda pero prefirió tragarse íntegramente el sapo y acrecentar todavía más su impopularidad (y es que a la pobre mujer nunca se le ha perdonado ser mujer… de quien es).

  2. Los gloriosos titulares que aparecieron hace dos semanas sobre la fantástica gestión de Carmena al frente del Ayuntamiento, y la propaganda que desde Podemos se hizo del asunto como ejemplo de la buena gestión del equipo de Ahora Madrid se demuestra de una hipocresía absoluta. Como ya dije en su momento, ese ahorro es el producto de la mera ejecución de unos presupuestos que había diseñado el PP: el equipo de Ahora Madrid no ha hecho nada más que moverse en esa línea (tampoco podía hacer otra cosa) así que la responsabilidad, y el mérito o demérito de los resultados de 2015 recae sobre el equipo que elaboró esos presupuestos. Y ahora, cuando ellos pueden diseñar su propio presupuesto para hacer su propia política, el que hacen no tiene nada que ver con el anterior cuyos méritos trataron de apuntarse. Es estar a la que salta como una hiena, aprovechar el rédito de lo que han trabajado otros como si lo hubieras hecho tú y sabiendo además que cuando te toque a ti no vas a hacer lo mismo. Estos presupuestos demuestran que la reducción de la deuda del Ayuntamiento no es una de las prioridades de este equipo, y si bien no es criticable el preferir dedicar el dinero a gasto social en vez de a reducir la deuda sí lo es, y mucho, intentar apuntarse el tanto.

Estos presupuestos con este incremento del gasto social son un cambio de voluntad política del Ayuntamiento, desde luego, pero también son posibles gracias a la buena y tremendamente impopular e incomprendida gestión del PP. Y si Ahora Madrid ha tenido suerte de coger el Ayuntamiento cuando lo ha cogido, pues mira que bien y qué suerte han tenido. Podrán aprovecharse de la popularidad que les van a dar unas medidas que pueden aplicar ahora gracias a las medidas impopulares de otros y ¿qué le vas a hacer? Así es la vida y así es la política y así de miope es la gente. Eso no me parece (demasiado) mal. Pero que hace tres semanas estuvieran vanagloriándose de una gestión económica que no era más que la ejecución de unos planes que no eran suyos y cuya línea, cuando han tenido la oportunidad de hacer los suyos, propios, han decidido no seguir, me parece de juzgado de guardia. Efectivo, sí; pero populista y manipulador a más no poder.

Y termino recordando: en este follón, a los madrileños, nos metió Alberto Ruiz Gallardón. No olvidéis, pese a todo lo que he dicho, que un equipo del PP estaba sacándonos un lío en el que nos metió otro equipo del PP. Que en este tema hay para dar y tomar.

Felices fiestas,

Arthegarn_________________

(1) Muy en su línea, Libre Mercado titula «Ahora Madrid sube impuestos por 168 millones en sus primeros presupuestos»(2) Esto no quiere decir que todos los madrileños vayan a pagar más IBI que en 2015, está repartido de tal manera que los ciudadanos paguen menos por su casa pero los empresarios paguen más por los inmuebles de uso comercial, sobre todo a las grandes superficies, y el fin de la reducción a edificios históricos destinados a uso comercial o de negocios como el hotel Ritz, el edificio de Telefónica o mi oficina. Está bastante bien contado aquí, en el apartado «Los perjudicados del IBI» si os interesa).
(3) una vez más, esto no quiere decir que se la suba a los ciudadanos: se la sube a las empresas, fundamentalmente a las industriales.
(4) Bueno, eso de «por supuesto» es muy relativo, todos sabemos que Ahora Madrid apoya firmemente el derecho de la gente a incumplir sus obligaciones con sus acreedores (porque paralizar la ejecución de un desahucio ordenado por un juez no es más que eso), pero parece que de momento solo para las personas físicas.

Sucesiones, sí; patrimonio, no.

Una de las mayores aberraciones que produce la economía de mercado es lo que yo llamo una fortuna autosostenida. Admito no tener una definición exacta de cómo de grande tiene que ser una fortuna para que sea autosostenida, pero, para que entendais el concepto: hablo de esas fortunas tan vastas que, simplemente poniéndolas a plazo fijo en el banco más seguro concebible, dan unos intereses que superan lo que puedes gastar. Son fortunas con las que no tienes que hacer nada, no tienes que moverlas ni invertirlas ni poner tu dinero a trabajar y a producir y a activar el sistema, basta con no hacer nada para seguir ganando al mes más de lo que un ciudadano normal gana en toda la vida, vivir mejor que un rey y que aun así tu patrimonio aumente.

Dicho esto, es cierto que opino que hay que permitirle a uno que se haga rico. Sea trabajando o sea por pura suerte y siempre dentro de lo que marca la ley, la gente tiene que tener la libertad de organizar su vida, su trabajo y sus bienes como le de la gana. Si uno quiere trabajar diez horas al día desde que tiene diez años para hacerse apestosamente rico, que lo haga; y si otro quiere trabajar menos y disfrutar más de su familia, del arte, la cultura, la espiritualidad, el sexo o el fondo de cada botella de cerveza, que lo haga también. Pero en este caso estamos hablando de una persona que es por definición activa y trabajadora, alguien que contribuye al mercado; no de un ente pasivo que vive de las rentas.

Es por esto por lo que estoy en contra del impuesto sobre el patrimonio. Cuando uno trabaja y hace dinero paga una parte de ese dinero que gana en impuestos; cuando ahorra ese dinero en vez de gastarlo y lo invierte (por ejemplo en bolsa) y gana más dinero también paga impuestos. Todo lo que entra en tu patrimonio, venga de donde venga, paga impuestos. Así pues, si uno ya ha pagado dinero cuando ganó el dinero, ¿por qué debería volver a pagar otro impuesto distinto simplemente por ahorrar, por no gastarlo? Es como si, en la fábula de la cigarra y la hormiga, la hormiga le diera a la cigarra una parte de la comida que lleva al hormiguero y luego, cuando ha acumulado una cantidad de comida en concreto, le sigue dando una parte de la comida que lleva al hormiguero pero le da además una parte de la que tiene almacenada, ¡solo porque resulta que la tiene!

Ser rico, en si mismo, no es malo. En realidad, ser rico es bueno. Muy bueno, y esa es la razón por la que todo el mundo quiere ser rico (aunque solo unos pocos quieran hacerse ricos, que eso implica mucho trabajo y muchos sacrificios). El hecho de que una persona tenga muchos bienes no es justificación para que el que no los tiene le quite parte de ellos. Ya expliqué hace años que a Robin Hood le pagamos todos, pero es que además no es cierto que Robin Hood robara a los ricos para dárselo a los pobres, Robin Hood lo que hacía era recuperar los impuestos injustos y pagados de más por el pobre pueblo inglés y devolvérselo a los esquilmados contribuyentes. Si Robin Hood era algo era un anarcoliberal, no un comunista. Pero divago, lo que quiero decir es que si uno adquiere sus bienes legalmente, es injusto que el Estado le penalice por ahorrarlos en vez de gastarlos. Impuesto sobre el patrimonio, no.

Ahora, ¿qué pasa cuando uno tiene tanto éxito como para generar una fortuna autosostenida? Bien, yo creo que se le debe dejar acumularla, tanto por un asunto de justicia como por el bien del mercado, pero que lo que no se debe permitir es que esa riqueza que bajo una dirección ha sido activa y se ha concentrado en generar más riqueza se convierta meramente en la base de capital sobre la que personas ociosas viven ricamente de los réditos. En otras palabras: lo que tú has trabajado y ganado tiene que ser tuyo para que hagas con ello lo que quieras, ahorrarlo, invertirlo, gastarlo o malgastarlo. Pero he dicho tuyo, no de nadie más y particularmente no de tus descendientes.

Creo firmemente que uno tiene derecho a la fortuna que se labre en su vida, pero no creo que tenga derecho a la de sus padres y es por ello que estoy a favor del impuesto de sucesiones. A decir verdad en realidad estoy en contra del concepto de herencia patrimonial en si mismo, pero sé que proponer un cambio legislativo en el que a la muerte de alguien heredara sus bienes el Estado (y que los bienes de los muertos financien las necesidades de los vivos) es pedirle a la sociedad algo para lo que no está preparada. Pero para un fuerte impuesto de sucesiones sí que lo está. Y es que además es justo: cuando heredas, adquieres la propiedad de algo que no era tuyo y que no has hecho nada para ganarte. Te toca como una lotería, simplemente por ser hijo de quien eres; es un incremento patrimonial neto, son cosas que ganas, vas a ser más rico de lo que eras antes así que el Estado está totalmente justificado a la hora de cobrarte un impuesto por ese incremento patrimonial. Te lo cobra por el dinero que ganas honradamente con el sudor de tu frente, así que ¿cómo no te va a cobrar por el que no te has trabajado?

El contraargumento más habitual a esto que acabo de exponer es que cuando un progenitor trabaja y gana dinero no lo hace solo por si mismo sino que lo hace por la unidad familiar, por si y por su descendencia, y que por tanto no es justo que se le penalice cuando quiere transmitir sus bienes a su descendencia. Bien, no estoy de acuerdo. Quien gana el dinero es quien lo produce, quien tiene incremento patrimonial es quien lo trabaja, y eso es una persona física, no un ente nebuloso como “la familia”. La familia es sin duda un ente social, me atrevería a decir que crucial, pero la familia no es propietaria de nada ni tiene derecho a nada. Sus componentes, que son personas, sí que tienen derechos, pero “la familia” en su conjunto no.

Pero es que además la idea del “derecho a la herencia” es perniciosa en si misma. Los progenitores, como educadores, deben formar a sus vástagos para que se ganen la vida por si mismos, no para que sigan siendo niños a los que se mantiene toda la vida, del tipo que vive de sus padres hasta poder vivir de sus hijos y que no puede esperar a que se mueran aquellos para echarle mano a la herencia. Lo mejor que les puedes dar a tus hijas es educación, formación, ejemplo y si acaso un empujón para ponerles en marcha y que se ganen la vida, pero no la vida resuelta. Resolverles la vida es negarles la oportunidad de que lo hagan ellos como lo hiciste tú. Y, si desde el punto de vista del causante lo de resolverle la vida a tus hijos me parece negativo, desde el punto de vista del heredero la verdad es que me da incluso asco. Me da asco porque bajo la idea de que el Estado no te puede cobrar por la herencia de tu madre subyace la idea de que los bienes de tu padre son tuyos por derecho, y no lo son. Son de tu madre. Y tú puedes tener una expectativa legítima de no verte más perjudicado por la muerte de tu madre que por el mismo hecho de la muerte de tu madre que ya bastante tiene, pero de ahí a pensar que te tiene que beneficiar patrimonialmente, pues mira, no.

Por todo esto estoy a favor, muy a favor, del impuesto de sucesiones. De un impuesto de sucesiones escalado y progresivo, semejante al IRPF en los tramos, que haga que cuando una persona humilde con una casa de 50.000 euros y un coche de hace diez años muere sus herederos puedan repartírselo así sin más, pero que cuando muera la Duquesa de Alba sus herederos tengan que pagar al Estado un 40 o un 45% del fortunón que van a heredar y que no han hecho absolutamente nada para ganarse. Y si no quieren pagar el impuesto, no hay ningún problema, que renuncien a la integridad de la herencia y que vivan la vida con lo que su esfuerzo y trabajo les den, como todo hijo de vecino. Ah, que no, ¿verdad? Si es que, lo mires como lo mires, heredar es un negocio y como negocio merece un impuesto.

Un impuesto así reduciría en pocas generaciones las fortunas autosostenidas a algo anecdótico, reduciría la tan cacareada desigualdad de forma brutal (particularmente la desigualdad de clase), acabaría con la idea del diletante de clase alta y permitiría que el Estado en su conjunto y todos sus ciudadanos se beneficiaran de la socialización de las ganancias de la vida de algunos de sus más ilustres y exitosos ciudadanos. Como ya he dicho antes, que los muertos paguen los impuestos de los vivos. Lo llevo defendiendo más de una década.

“Un momento, un momento” pensaréis algunos. ¿Qué hace Arthegarn defendiendo una idea tan redistributiva, progresista hasta decir revolucionaria y (¿me atreveré a decirlo?) de izquierdas como esta? Pues ya veis, así soy yo y así pienso y he pensado desde hace años. Y, por lo que leo, así piensa también más o menos esa nueva derecha de pijos disfrazados y recambios del PP que es Ciudadanos. Cosas veredes.

Un saludo,

Arthegarn