Mi primer LARP

Llevo jugando a rol de mesa desde los años de la Caja Roja de Dalmau. Y lo he hecho asiduamente, sin ir más lejos La Aventura duró más de una década, así que difícilmente se puede decir que sea un neófito en estas lides. Bueno, pues con todo y con eso este fin de semana he jugado mi primer(1) LARP(2): Hasta que la Mafia nos Separe y a pesar de lo avisadito que iba por jugadores con muchísima experiencia no he dejado de sorprenderme.

Es difícil escribir sobre esto. Y es difícil porque esta era la segunda edición de Hasta que la Mafia nos Separe y espero que haya más. Imaginaos intentar describir la experiencia de la primera vez que,0 Pre ya de adulto, vas al cine, pero sin poder hablar de la película que has visto, que encima es de lo que más me apetece hablar. Pero, claro, si me dedico a contaros la experiencia personal de Frank Fiore, «la Voz de América», en ese fin de semana de febrero de 1956 en el que cantó en la boda de Gaetano Badalamenti y Livia di Angelo (sobrina de Lucky Luciano) os arruinaría la posibilidad, que desde ya os recomiendo, de vivirla por vosotros mismos si alguna vez el estupendo equipo de Producciones Gorgona decide hacer un tercer pase. Así que me voy a morder los nudillos y a  limitarme a comentar alguna de las experiencias más «genéricas» que he tenido pero que, como veréis, en realidad son muy íntimas.

Lo primero: da igual lo que hayas jugado a rol de mesa, esto del LARP es distinto. Las fronteras entre personaje y jugador se desdibujan infinitamente más deprisa, cuesta muchísimo menos «meterte en personaje», y lo mismo pasa con el resto de dramatisHQLMNS_run2 (147) personae. En ese sentido, si buscas rolear, es como un orden de magnitud mejor que el rol de mesa: todo el mundo está todo el tiempo en personaje, nadie está distraído leyendo un libro de reglas o, lo que es peor, discutiéndole una decisión al Máster. El metajuego es mínimo, nadie pregunta «¿puedo escuchar de lo que están hablando sin que se den cuenta?» ni nada parecido. Te acercas con todo el sigilo que puedes, te llevas la mano a la oreja y te lamentas del acento tan raro que tiene la gente en Sicilia (Frank nació en Florencia) mientras intentas entender algo. Con su adrenalina incluida, claro, de una forma que ni el mejor Máster de rol de mesa te va a poder producir.

Lo que nos lleva a mi segunda impresión, que es el ritmo y nivel de inmersión. BKEn rol de mesa roleas de vez en cuando y juegas de vez en cuando, el mero hecho de tirar un dado ya es romper  la inmersión y recordar que en realidad no estás en el «dunge» sino en casa de los padres de Pancho; en esta experiencia nada (o prácticamente nada) te sacaba de la ilusión, que podía ser tan vivida y profunda como uno quisiera y fuera capaz. Eso es algo que me ha encantado y que me ha resultado (de forma nada sorprendente) muy adictivo. Creo que he pecado de novato con algunas cosas, sobre todo con las escenas más física y/o emocionalmente intensas, pero no puedo esperar a tener una nueva oportunidad para probar.

Y  como muchos (y muchas) me habéis preguntado en qué creo que pequé de novato Mediodia boda(los LARPeros seguro que lo vieron venir) es es en el hecho de que casi desde el principio hubo escenas íntimas con gente con la que no había negociado previamente y como jugador cómo se iba a rolear eso. Y es que ¿quién se abalanzaría sobre un figurín como Frank? El tema no es baladí y menos en los tiempos que corren. ¿Nos tocamos? ¿Simulamos besarnos? ¿Nos besamos? ¿Con lengua? Así que ante la duda preferí pecar de prudente, mantener mis manos en los proverbiales bolsillos (solo en los proverbiales) y no interrumpir la acción en vez de parar y hablarlo, que es probablemente lo que hubiera tenido que hacer. Pero, oye, ya saldré de mi circuito de hoteles y casinos y cantaré en el Carnegie Hall un día de estos.

Lo que nos lleva a mi siguiente comentario, que es lo de las «escenas». Mithur, que es mi padrino (pun intended) en esto del LARP, muchas veces me ha Fcomentado a la vuelta de alguno que tuvo esta o aquella escena intensísima con este o aquel jugador. Yo creía que sabía de qué hablaba pero, en palabras de Obi-Wan Kenobi, percibía lo que me decía en la medida en la que una cuchara percibe en sabor de la comida.

El primer aviso me lo llevé cuando, tras la despedida de soltera (Frank, por supuesto, no asistió a la despedida de soltero sino que brindó compañía y… entretenimiento a las damas en su hen party) uno de los personajes, a quien le había sentado mal el agua de los floreros (porque hasta eso se había bebido, supongo) decidió tomarse demasiadas libertades con [CENSURADO Y NO TENÉIS NI IDEA DE LAS GANAS DE CONTARLO QUE TENGO]. En esa escena,Ray en la que yo no participé sino que estuve de espectador y desde lejos, tuve de repente un golpe de celos (¡yo!) que me dejó atónito y tuvo mucho de ver con cómo interpreté a Frank desde entonces.

Pero el golpe serio de verdad fue poco después, en una escena con mi conocido Ray Lando  (magistralmente interpretado por Dirk) en la que los dos estábamos en el jardín mientras en la mansión [CENSURADO], y tuvimos una conversación «man to man» durante la que podía sentir, casi físicamente, cómo Arthegarn y su vida se desvanecían en la nada y como la realidad era sustituida, como si surgiera del mar una montaña, por lo que en ese momento les estaba pasando a Frank y Ray, la conversación que estaban teniendo y los resultados que iban a derivarse de ella, que era claramente un momento crucial en su relación. ¿Estaba mintiendo alguno de los dos? ¿Qué objetivos tenía cada uno? ¿Eran compatibles? ¿Podían confiar el uno en el otro? Y, no menos importante, habida cuenta de la cogorza que llevaban, ¿recordarían la conversación a la mañana siguiente? Lo mejor es que, objetivamente y en términos de la trama principal, no estaba pasando nada que mereciera dos líneas en un libro, pero estaba tan metido en la escena que interpretarla era hermoso en si mismo; era pura emoción artística. Y aunque hable de esta escena no ha sido para nada ni la única (anda que hubo escenas con Fiametta Luciano o con Ada Summers)… ni la única concebible. ¡El mundo, amigo Narciso, el mundo se ha perdido ese baile!

0 Mafiosi

Esto me lleva al resto de los jugadores. Creo que el único sitio en el que me he sentido tan seguro, tan a gusto entre desconocidos y tan despreocupadamente feliz ha sido en Taizé y de hecho recuerdo pensarlo al menos una vez durante el juego. No sé si el grupo de gente con el que compartí SSHasta que la Mafia nos Separe es representativo de los jugadores de LARP o si es que tuve mucha suerte, pero me pareció un grupo de gente excepcional, humana, amable y divertidísima, del tipo que si tropiezas a su lado no llegarás a tocar el suelo porque alguien te recogerá antes. Y eso incluyendo a los villanos (yeah, Ms. Spada, this is you), porque es fácil sentirte seguro si te rodeas de los personajes que están en tu bando o que hacen lo que quieres, como me pasó a  mi, pero mucho menos si estás inmerso en un ambiente de gente que te quiere joder la vida quiere joder la vida de tu personaje. Fuera la razón por la que fuese la verdad es que estoy contentísimo de haber conocido a esa gente, y es que no puedo recordar la última vez que salí tanto de mi zona de confort, de mi amplio pero cuidadosamente seleccionado grupo de amigos, me tiré a la piscina entre desconocidos, y salió tan bien (EDIT: Ya me acuerdo: fue hace casi 15 años en mi primera fiesta BDSM y en realidad esto ha sido mejor).

Hasta aquí os he contado parte de los detalles que hicieron que me lo pasara tan bien. Y solo parte, porque podría hablar largo y tendido de las virtudes de la organización: desde el sitio elegido a los minuciosos detalles de ambientación pasando por los «talleres» previos para irnos metiendo en harina o la música en directo en el baile (una puta delicia Dixie Jumble, por cierto). O de las virtudes generales del guion  (sin entrar en concreciones). O de mil cosas. Pero las dos Frankcosas más impresionantes para mi han tenido que ver con la experiencia del LARPeo en si mismo y en pocas palabras con mi relación con Frank Fiore.

Y es que, a ver, es una delicia interpretar a Frank Fiore. ¿Quién no querría sacarse sus zapatos un par de días y meterse en los de un cantante melódico de éxito, no solo por sus innegables dotes artísticas sino por su extraordinario atractivo físico, estilo en el vestir y savoir faire?(3) Todas las chicas quieren conocerte, se mueren por tener un baile contigo y, gracias a la magia del Play to Lift, algo que deja el autotune en pañales, cuando finalmente cantas te aplauden a rabiar aunque suenes como un gato hambriento arañando un plato de porcelana(4). Disfruté mucho estos días y la verdad es que algo de Frank se me debió imbuir como el Espíritu Santo porque no recuerdo haber sido tan galante, ni tan picarón, ni tan ingenioso con los piropos en la vida. Y eso que a mi lo de la cortesía con las damas me viene de los tiempos de Sir Drymard(5). Frank y Arthegarn son muy diferentes pero tenemos suficiente superposición de personalidades como para parecernos en parte; de hecho creo que si Arthegarn se librara de sus inseguridades sería tan encantador como Frank y en ambos idiomas, porque los de la banda de Lucky Luciano eran americanos y hablaban en inglés, los de la familia Badalamenti eran italianos y hablaban en castellano y algunos, como Frank que era italoamericano, hablábamos las dos cosas.

Pero hay una segunda parte de mi relación con Frank y es que, quieras que no, su subconsciente más profundo es el mío. Yo me puedo dar cuenta como jugador de que soy tímido, por ejemplo, y decidir que Frank no es que no sea tímido sino que es bastante descarado yAS comportarme así; pero en mi vida me habría dado cuenta de algo que me dijo Julie, la jugadora que interpretaba a Ada Summers (personaje que se convirtió, prácticamente a codazos, en el centro de la vida de Frank ese fin de semana), cuando ya había terminado todo y lo estábamos comentando como jugadores. Me dijo, sobre Frank: «You were such a fun to play with! You had such a saviour’s complex!«. Y me dejó de piedra. Abrí la boca para contestar que para nada, que Frank no tenía complejo de caballero blanco cuando de pronto me di cuenta de que el que lo tiene soy yo, que lo había llevado conmigo sin darme cuenta a Frank, y que me había pasado toda la partida intentando salvar a gente de sus problemas: a Ada, a quien acababa de conocer, de su CENSURADO; a Ray Lando, a quien conocía de antes pero no debía nada, de CENSURADO; a Fiametta de CENSURADO y, lo mejor de todo, intentando salvar a Frank de si mismo.

Ha sido una revelación interesantísima y que aun estoy digiriendo. Así que la próxima vez quiero ir mucho más allá y, si esta vez he interpretado a alguien que (salvando las distancias) «me gustaría ser», para el próximo quiero interpretarTiroteo 2 a un completo desalmado, a un villano frío y calculador sin virtud salvadora, a un egoísta manipulador que es consciente del mal que hace y lo hace sin remordimiento. A un Putin, un Stalin, un Fouché, a un genio del mal tipo Moriarty o, aun más difícil, a alguien que además de malvado sea mezquino como Dolores Umbridge o Cal Hockley. Alguien que no pueda ser salvado «por necesidades del guión«. De hecho, a medida que voy reflexionando sobre el asunto me pregunto cuánto de ese complejo de caballero blanco me vendrá, precisamente, de haber interpretado a Sir Drymard durante los diez cruciales años que van de la adolescencia a la primera madurez.

En fin, podría contaros muchísimo más, como la razón por la que Frank Fiore se volvió Edward Lewis (de hecho usé una de sus frases : «I find myself in unfamiliar territory: I want to help you«) y de repente se dio cuenta de que estaba verdaderamente enamorado de su sugar mommy (otra interpretación perfecta, en este caso de Trix con quien hubo muy buena química desde el principio) o cómo se hizo amigo de Sarah Rockefeller para el resto de sus vidas (otro personaje y jugadora a los que no puedo dejar de nombrar, Kate, ggga quien me hubiera gustado conocer antes), pero esto ya es bastante largo y lo voy a dejar aquí. Os resumo que me lo he pasado PIPA, que repetiré sin duda alguna y que es una experiencia que os recomiendo a todos. Pero cuidado. Que engancha.

Y, una vez más, gracias al esforzado y genial equipo de Producciones Gorgona, sobre todo a Mirella, Pepe y Sky. Sois la caña.

Hasta la próxima,

Arthegarn____________________________________

(1) Técnicamente no es el primero. Cuando salió Killer a finales del siglo pasado jugamos varias campañas en La Hermandad y en El Reino de Arckham (una de ellas publicitada con un cartelón a la entrada de la facultad que decía, en letras grandotas: «¿Te gustaría matar al Decano?» y que no estuvo exenta de, ejem, cierta polémica) y en mi despedida de soltero Mithur nos montó uno de 90 minutos ideado por Esperanza Montero con el que nos lo pasamos muy bien. pero no es lo mismo.
(2) Live-Action Role-Playing.
(3) Vale, al menos hasta que en mitad del banquete de bodas te dicen que vas a cantar That’s Amore (que no es nada fácil y la habías pensado como regalo a los novios antes de que sirvieran los postres para interpretarla un poco como en la película) para abrir el baile. Por Spock, qué mal lo pasé, eso sí que fue intensito. Y lo peor es que no podía olvidar al jodido Mithur diciéndome desde hacía meses que me dejara de mandangas y que me preparara Strangers in the Night, que es mucho más sencilla y se la sabe todo el mundo, precisamente para abrir el baile.
(4) Si alguien está pensando algo del estilo de «no será para tanto» le advierto que soy capaz de obligarle a ver el vídeo de esa actuación, que existe, con el sonido puesto….
(5) Hablo mucho de Sir Drymard y muchos no sabéis quién es. Antes de que existiera Arthegarn hubo un niño con otro nombre que era la quintaesencia del empollón (en el sentido de nerd, en realidad empollar lo que se dice empollar empollaba lo mínimo absoluto) que jugaba a D&D. Sir Drymard fue su personaje en una partida que duró diez años, que tuvo 44 jugadores (no todos a la vez, lo máximo que llegó a tener el grupo fueron 18, que tampoco está nada mal), y algo así como 75 personajes (algunos jugadores eran propensos a estupideces mortales), empezó en EGB y terminó en universidad. Sir Drymard era un paladín de dos metros quince, 18/00 de fuerza y una Holy Avenger (talk me about overcompensating…) que encarnaba todas las virtudes del caballero renacentista, incluyendo particularmente las del amor cortés y el «desfacimiento de entuertos». Ya comenté en Diez Jotas que había mucho Sir Drymard en Arthegarn pero quizá haya más, y esté más profundamente imbricado, de lo que creía.

9 opiniones en “Mi primer LARP”

  1. ¡Ole, ole, qué alegría volver a verte escribir! 😃 y qué alegría ver que te lo has pasado tan genial con un rol en vivo. Yo una vez lo probé, supe que el rol de mesa se me había quedado obsoleto a su lado (y eso lo digo con todo el cariño que le tengo a mis antiguas partidas de Vampiro, Chtulu, Mago y demases).

    Me gusta

  2. Yo solo voy a decir que aún queda alguna plaza para Mission Together, de NotOnlyLarp, este agosto en Asturias y que me encantaría jugar contigo 😛

    Me gusta

  3. Me encanta tu análisis… Y me encanta que lo hayas pasado tan bien<3
    Debo admitir que yo, antes del ReV, estaba algo preocupada porque mi personaje apenas conocía a nadie y me daba cosa acabar apartada e ignorada… pero, como dices, todo el mundo fue maravilloso y dio juego a los demás.
    Respecto a lo que dices de la superposición entre Frank y tú… recuerdo que una vez alguien me dijo que ponemos mucho de nosotros mismos en el primer personaje que interpretamos en un rol en vivo. No sabría decirte, pero puede que así sea.
    Espero que repitas y que nos volvamos a cruzar por algún lado. Quizá entonces tengamos la oportunidad de interactuar más, cuando no tenga otra gente a quien investigar ni a quien poner ojitos.

    Me gusta

  4. Mon petit-choux: Me alegra sobremanera quetu primera experiencia con el fascinante mundo del rol en vivo inmersivo haya sido tan gratificante para ti…. Y creo que ahora podemos tener una conversación seria y profunda sobre el inmenso placer que supone meterse en unos zapatos que no son los tuyos y ral vez planear «algo» malvado que me permita sacar de su torpor a Juan de Tassis y Peralta, arconte Toreador…..

    Me gusta

Contesta aquí