Tengo ganas de escribir algo serio sobre este tema pero como nunca tengo tiempo lo dejaremos en algo breve y relativamente light analizando lo que yo creo que son los cuatro puntos calientes del asunto.
- Desde el punto de vista de la prevención del delito (tanto desde el punto de vista original como del de la función ejemplarizante de la pena) está muy demostrado que no es tanto la gravedad de la pena como la certeza de la misma
la que disuade al posible criminal de serlo. La pregunta que se hace uno ante la tentación de un delito doloso (en el que sabes lo que estás haciendo y quieres hacerlo) no es, básicamente, “¿cuánto me va a caer por esto?” sino “¿puedo hacerlo sin que me pillen?”. En este sentido la protección de la ciudadanía apenas mejora con el aumento de las penas pero sí que con el de la eficacia de policía y tribunales así que ese argumento es bastante malo. Recordemos además que los delitos por los que te puede caer PPR son básicamente asesinatos y violaciones muy agravadas, no malversaciones y cosas así.
- Desde el punto de vista de la protección subsiguiente, es decir de evitar que
cuando salga vuelva a las andadas, está claro que cuanto más tarde en salir más va a tardar en tener la oportunidad de volver a las andadas y que quien quita la ocasión quita el peligro. Como ciudadano encuentro este argumento respetable y opino que la parte de “revisable” de la ley cubre suficientemente el asunto, básicamente; si vemos que el tipo ha dejado de ser un peligro nos replantearemos soltarlo pero si no lo vemos seguirá encerrado. Pero como no soy cualquier ciudadano sino que encima soy liberal y jurista no me gusta porque invierte la carga de la prueba: no debería ser yo quien tengo que demostrar que no soy un peligro para ser libre, debería ser el Estado quien tiene que demostrar que lo soy para evitar que sea libre. ¿El fin justifica los medios? En mi opinión, y en general, no.
- Desde el punto de vista de la justicia retributiva, es decir de que hay que castigar a quien hace algo malo porque es justo, más allá de lo discutible que es esa idea en si misma me parece que la gente que habla de la cadena perpetua porque diez años son poco no ha pisado una cárcel en su vida.
Yo ejercí derecho penitenciario en mis primeros años y os garantizo que una cárcel es un sitio espantoso y deprimente, de tortura diaria, de reglamentación y aburrimiento y droga y violencia de todo tipo. No me extraña que la mitad de los líderes independentistas encarcelados estén llorando por las esquinas y que otros hayan huido; a lo mejor no es tanto cobardía como información de lo horrible que es eso. Creedme, por muy humanas que hagas las cárceles el tipo de encerramiento y de reglamentación de la vida es castigo suficiente. A menos que tengas una mente muy disciplinada y te dediques a leer y a sacarte carreras o que
tengas mucha imaginaciónseas una persona espiritual como Junqueras y te dediques a orar (que sé por experiencia que puede ser muy gratificante) lo vas a pasar muy, muy mal. - Por último, hablando estrictamente como jurista, la ley me parece anticonstitucional. Habrá que ver que dice el TC, pero nuestra Constitución dice (Art. 25.2) que “las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social”. La cadena perpetua, igual que
la pena de muerte, suponen la renuncia del Estado de esta obligación porque básicamente consisten en decir que esa persona no puede ser reeducada y reinsertada luego lo que hay que hacer es quitarla de en medio para siempre. No me voy a meter en el asunto de si efectivamente los asesinos y violadores pueden ser reeducados o no, estrictamente como jurista la Constitución dice que hay que trabajar para ello así que obliga al Legislador a pensar que es posible y punto. Así que, como le digo a los partidarios de la “acción directa” y últimamente a los independentistas: si no te gusta cómo están las cosas convence a suficiente gente y cambia la Constitución; pero hasta que no lo hagas no puedes hacer esto.
Personalmente, y dejando el punto 4 a un lado que es puro positivismo, lo de la PPR me parece una idea que es más mala que buena pero que tampoco es una monstruosidad como la pena de muerte. La falta de racionalidad del Pueblo y el populismo de sus dirigentes que permea todo el debate tanto en uno como en otro lado, en cambio, me parecen de lo más lamentable.
Hala, al rincón a pensar.
Arthegarn