Este fin de semana, después de varios años queriendo hacerlo, me acerqué finalmente a una de las fiestas de Dark Sabbat.
Para quien no lo sepa, Dark Sabbat es un club (algunos dicen que el club) de BDSM de Madrid. Seguro que a más de uno le sorprenderá que un hombre de pro como yo, católico y con carné del P.P. de con sus huesos en un antro de BDSM(1), por lo que supongo que habría que aclarar que la historia viene de muy largo. A mi el bondage más light me ha gustado desde siempre y hace cosa de diez años, a través de esa página tan entrañable para mi que es Shmeng (2), empecé a interesarme por el BDSM en general y por la Dominación / sumisión (D/s) en particular, curiosamente debido a mi faceta de hombre religioso. Cosa muy diferente, por supuesto. es que haya tenido alguien a mi lado con quien poder desarrollar una relación D/s más allá de los juegos de una noche. Quien conozca mis amores de los últimos, digamos, cinco años, se dará cuenta de inmediato de que de parecen mucho más a cinco orquídeas que a cinco rosas. Sin ir más lejos, en la época en la que Dark Sabbat comenzó su andadura, allá cuando el Angst salía en la Guía del Ocio, yo andaba ya con Fridaluna, a quien no creo que nadie se pueda imaginar acercándose a menos de cinco metros de nada que tuviera remotamente que ver con el BDSM. No obstante, y como en aquella época las cosas tampoco estaban tan serias como luego se volvieron, me hice socio y desde entonces vengo recibiendo puntualmente mis invitaciones a sus fiestas y, para mi pesar, rechazándolas una tras otra.
Hasta este fin de semana.
Como Ana no es precisamente Fridaluna (Deo gratias), hacía ya mucho que habíamos hablado de los conceptos básicos de la D/s y llevábamos unas semanas experimentando. Bueno, más que experimentando lo que estábamos haciendo hacía unas semanas era sacarla de la cama, porque en ella llevábamos mucho

tiempo practicándola con buenos resultados (no hay más que recordar mi regalo de cumpleaños del año pasado). Primero decidimos quién sería qué (en la cama es muy fácil asumir uno u otro rol, pero fuera no tanto) y Ana quiso someterse y yo la acepté. Luego lo probamos 24/2 y Ana estuvo tan contenta que quiso ampliarlo inmediatamente a 24/7 y desde entonces en ello estábamos, profundizando en la sumisión (qué técnicamente no es D/s sino M/s) con calma y tranquilidad, concretando nuestros gustos y nuestros límites y explorando todo lo que nos ofrecía este tipo de relación. Y entonces, el fin de semana de antes de Halloween recibimos un sugerente mensaje de Chrome (que, a menos que me equivoque, no sabía nada de esto) en el que nos proponía hacer de su cumpleaños «el mejor cumple del mundo» en el Dark Sabbat de este sábado, que se celebraba en la misma fecha.
La idea nos encantó inmediatamente a los dos, no sólo por lo bien que nos llevamos los cuatro sino porque es de todos sabido que en lo que tiene que ver con el bondage las habilidades y conocimientos de Chrome y HK superan con mucho a las de un diletante como yo, con que probablemente aprendiéramos mucho. Así que durante esa semana comenzamos un adiestramiento más serio, discutimos y afinamos el contrato, me compré mi primera correa seria y el mismo sábado le compré a mi esclava un par de regalitos para que los llevara en la fiesta, incluyendo por supuesto un collar serio(3) , y nos fuimos para allá.

He de decir que al meterme en el taxi estaba bastante nervioso ya que, no habiendo ido a ningún Dark Sabbat, no sabía a qué atenerme. El abanico de prácticas y personas que incluye el BDSM es, en mi opinión, incluso más amplio que el que permite el gotiqueo. En teoría no hay una forma «correcta» de ser gótico y en teoría cada uno hace más o menos lo que le da la gana; pero en la práctica hay mucha hipocresía con el tema y, al final, todo el mundo pone verde a todo el mundo (el que esté libre de pecado que tire la primera piedra) por ser demasiado melifluo, ambiguo, poser o incluso por pasarse de rosca. Pero en el BDSM las cosas no son así y se asume de verdad que no hay una forma «correcta» de practicar esto o aquello(3). Pese a que me considero una persona de mente abierta me preocupaba que no estar preparado para… bueno, para cualquier cosa, carape. Para decirlo con todas las letras me ponía nervioso la posibilidad de encontrarme con una orgía chabacana de cuero, sudor, coca, latigazos y scat. De hecho me preocupaba bastante que mi traje de tres piezas no fuera aceptable, pese a que el dress code del Dark Sabbat solo pedía negro. Y si estaba preocupado por mi estaba el triple de preocupado por Ana, no porque sea una damisela en apuros (para nada), sino porque una mala primera experiencia podía fastidiarlo todo. Toda esta ansiedad se veía, además, acrecentada por el hecho de que finalmente y HK no habían podido venir al estar atareados en la preparación de la inauguración de su restaurante por lo que, independientemente de que les echaríamos de menos, lo cierto es que íbamos completamente a la aventura y sin conocer a nadie en absoluto de un círculo que es, por razones obvias, intrínsiecamente cerrado
Bueno, pues tengo que decir que son escasas las veces en las que mis temores han estado más infundados.
Llegamos a la fiesta puntuales, o sea de los primeros. A medida que nos acercábamos al ático (porque las fiestas son en un ático) me fui tranquilizando y empecé a pensar que era posible que el asunto, después de todo, tuviese clase. Cuando por fin subimos mis temores desaparecieron por completo ante la vista del portero, impecablemente trajeado de negro y rojo, de la decoración, sobria pero no espartana, también

en rojo y negro, elegante y sugerente y del hecho de que estuviera sonando Dead can Dance. En la misma entrada me encontré con Lord Warden, también muy elegante pero sin corbata, que para quien no lo sepa es uno de los organizadores del club y, específicamente, con quien me había puesto en contacto(4) . Tuvo Lord Warden la gentileza de hacernos de cicerone, y nada más entrar se desveló el misterio de la magnífica música que estaba oyendo cuando vi a Arastis en la cabina del DJ (sabía que pinchaba en Dark Sabbat pero no tenía la certeza de que lo hiciera esa noche).
El local de Dark Sabbat es un ático moderno y recién reformado, pintado completamente de negro con detalles de rojo y con una iluminación suave pero no tenue. Hablando mal y pronto, se lo han currado. No quiero aburrir con detalles descriptivos de la sala principal, pero Vieja Bruja y el resto del Core me entenderán si les digo que si existiera nuestro Café des Vampyrs sería así. A los demás les diré que sugiere mucho más Eyes Wide Shut o el Bal du Masque que Sodoma y Gomorra o el Blue Oyster Club. Todo está escrupulosamente limpio, con dos zonas de sofás modulares y mesas bajas y una tercera «de café» y un mobiliario que os garantizo que no ha salido del contenedor más cercano, precisamente. Además de esta zona principal el ático cuenta con una terraza (que en esta fiesta estaba cerrada por obvias razones climatológicas) y dos «salas de juegos»: una mazmorra bien equipada, con algunos adminículos que (no me importa reconocerlo) no tengo ni idea de para qué pueden servir; y una segunda sala más convencional.
Mientras Lord Warden me lo enseñaba todo yo pensaba que es posible que hubiera gente que considerara que la entrada es cara, pero que yo la pagaría gustoso solo por el ambiente, la música y la decoración.
Se impone en este momento dedicar unas líneas para elogiar a los organizadores: el Conde de St.Germaine, Dávide, y Lord Warden, no sólo por que el resultado final de su labor me parece excelente, sino que sus propias actitudes personales lo acompañan. Ya he dicho que yo iba un tanto escamado entre otras cosas porque no conocía a nadie, pero el Conde y Lord Warden realizaron sus labores de anfitriones a la perfección y consiguieron que me relajara en seguida. A Dávide no le conocimos hasta que llegó, unas horas después, pero me pareció un tío simpatiquísimo y, una vez más, sinceramente interesado en nuestra comodidad.

Pero volvamos al relato. Tras el tour, se sentó con nosotros y nos estuvo dando conversación durante cosa de una hora mientras iba llegando la gente y sonaba la magnífica música que estaba seleccionando Arastis (permitidme otro paréntesis para volver con mi cantinela de que es una vergüenza que haya que salir de la Escena para oír a, por ejemplo, Type-0-Negative sin tener que mendigarlo, es increíble que DJs como él o como Antonio (La Parada de los Monstruos) estén fuera del circuito habitual). A medida que pasaba la noche y la gente iba llegando nuestro anfitrión se excusó para circular entre los clientes, a los que como ya digo se trata más bien como invitados, y Ana y yo nos quedamos solos de ahí en adelante y nos dedicamos a nuestras cosas. En el ámbito personal la fiesta supuso varias revelaciones para los dos: era la primera vez que salíamos de casa como amo y esclava (de forma explícita) y creo que los dos aprendimos muchísimo del otro y de lo que buscábamos y esperábamos de la sumisión. Yo aprendí que mi sierva tiene unas necesidades a las que he de atender y que el camino que lleva hasta el subespacio del esclavo es largo y debe recorrerse delicadamente. No me cabe duda de que a quien todo esto no le suene a chino mandarino le resultará una obviedad lo que acabo de decir, pero por razones que explicaré en un próximo artículo en abierto(5) a mi me resulta(6) tan sencillo entrar y salir del subespacio como ponerme y quitarme un collar y daba por hecho que para todo el mundo debía ser más o menos igual de fácil, olvidándome de que es muy fácil entrar y salir de una habitación cuando sabes donde está. Respecto a mi esclava, ya contará ella lo que aprendió si le apetece.
La noche pasaba y la fiesta se iba animando. Yo la verdad es

que estaba como en casa rodeado de un montón de gente que, vestida o desvestida, destilaba savoir faire mientras iban a lo suyo. Frente a nosotros un ama y sus amigas cubrían la espalda de un esclavo, semidesnudo y de hinojos, con cera caliente para luego arrancársela con látigos de colas. A la derecha un grupo de dos o tres parejas bien entradas en los cuarenta hablaban de técnicas de dominación y de cómo reconocían su uso en discusiones de negocios y relaciones de oficina. A nuestra izquierda otra ama pinzaba los pezones de su siervo para retirarlas luego con precisos latigazos, todo ello en un ambiente que, aunque haya gente que no me crea, estaba impregnado de buen rollo, de cordura y de joie de vivre. En las fiestas de Dark Sabbat pasan cosas muy curiosas, algunas de las cuales en otras circunstancias (e incluso en ausencia de las mismas) yo tildaría de enfermizas, pero lo cierto es que a mi no me parecía que el esclavo a quien le estaban poniendo un bocado(7) de cuerda recién anudado ni el ama con el corsé de látex y las tetas al aire que se lo estaba poniendo estuvieran enfermos, ni que el distinguido caballero de unos 50 años al que estaban dando una azotaina de aupa con palas en la sala «convencional» necesitara un psiquiatra o un confesor. Me pareció un grupo de gente extraordinariamente viva y que compartían aficiones y modos poco ortodoxos de disfrutar de la vida y que habían desarrollado el erotismo a espacios y prácticas muy poco convencionales. Pero yo no veía perversiones sexuales. Veía, insisto, erotismo, del griego ερως, que significa amor. Poco convencional, sí, pero os garantizo que había en esa fiesta más afecto y más respeto que… que en Myspace, por decir algo.
Si algo nos soprendió fue la edad moda de los participantes. Supongo que, estando como estamos acostumbrados a ver gente joven (y jovencísima) en la escena ataviados con elementos propios del BDSM (sobre todo collares de esclavo) esperábamos ver muchos más veinteañeros. Pero no, la verdad es que las edades parecen repartidas de forma sorprendentemente uniforme entre los 20 y los 50 años. También me sorprendió, aunque mucho menos, la absoluta ausencia de góticos en Dark Sabbat. La verdad es que Lord Warden y yo ya habíamos comentado el tema en alguna otra ocasión, como a él le había soprendido el escaso o nulo interés de la comunidad gótica por el BDSM de verdad, más allá de la llevanza de algunos adminículos y de algunas prácticas más vainilla que otra cosa. Supongo que a mi no me extrañó tanto habida cuenta de la cantidad de gente que ha leído a Baudelaire, ustedes me entienden…

Ana y yo nos fuimos, después de «jugar» cosa de una hora y de degustar unos ibéricos que nos ofreció Dávide sobre el cuerpo de «su perrita». Se había tirado cosa de cuarenta minutos envolviéndola en alambre y colgando el cátering con pinzas sobre su cuerpo desnudo, hablando con ella todo el tiempo y mirándola de una forma que me recordaba poderosísimamente a como hablas con un caballo para tranquilizarlo mientras lo ensillas; probablemente él no se diera cuenta pero yo le estaba mirando de vez en cuando desde mi propio juego, fascinado con su técnica. A las cuatro y media, y con la fiesta en plena ebullición, nos volvimos con una alegría en el cuerpo soberbia y, eso sí, lamentando que no se hubieran venido HK y Chrome, con quienes sin duda la noche hubiera sido aun más memorable.
No me cabe duda de que repetiremos en las fiestas de Dark Sabbat, que por su horario se me antojan una magnífica forma de seguir la noche cuando cierran el 666. A los que me leéis, si sois aficionados a alguna de las prácticas que componen el BDSM no puedo menos que recomendároslo. No es barato, pero os garantizo que ofrece una excelente relación calidad-precio. Si no lo sois y simplemente tenéis curiosidad no sé que deciros, pero lo mejor sería que os pusiérais en contacto con alguno de los organizadores, que insisto en que son gente absolutamente encantadora, y que siguiérais sus recomendaciones. Y a los que no estéis interesados para nada en todo esto, pues un abrazo, gracias por léetrme y que sigáis disfrutando de vuestras vidas, vuestros cuerpos y vuestro erotismo como os da la realísima gana. Igual que hace la gente de Dark Sabbat. Al fin y al cabo todos sois gente interesante.
Cum Deo;
Arthegarn
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(1) A pesar de que, estando esta entrada restringida como está a friends, debería haber muy poca gente a la que le sorprenda, quizá a Mercherokee que me conoce sobre todo del trabajo, o a , que igual tiene la idea de que soy un conservador retrógrado a ultranza por como nos conocimos, o a mi hermano pequeño adoptivo un poco por lo mismo…
(2) Pienso sobre todo en Devin, Callei , Shade, Bettie_X, Rayce, Rogue y MRD, ( a quien sigo leyendo). Y no puedo menos que acordarme, aunque no tenga nada que ver, de mi queridísima Schizo, de quien Penélope llegó a tener celos y no voy a decir que sin razón
(3) Lo de la seriedad lo digo porque en realidad ya teníamos collar y correa. Los habíamos comprado en Gijón la víspera de la boda de Chrome y HK, pero a mi me la correa me parecía una mariconada impresionante y con muy poco alcance y el collar, además de ser demasiado alto para resultar cómodo, estaba pensado para Chewbacca y no para el lindo y delicado cuello de mi esclava.
(4) La primera vez que acudes a Dark Sabbat tienes que ponerte en contacto con un organizador que (si lo considera apropiado) te mete en lista y te da la dirección, estrictamente confidencial, del club.
(5) Debería decir resultaba, claro..
(6) Que tengo pensado desde hace una semana y que titularé algo así como «Oración, hipnosis y BDSM»..
(7) Instrumento que se compone de embocadura, camas y barbada, y que sirve para sujetar y gobernar las caballerías..