Hace cosa de un mes (aunque la prensa se ha enterado hoy) la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra dictó un auto en el que, en pocas palabras, se viene a decir que si tienes una hipoteca, no pagas, el banco te embarga, subastan tu casa y con esa subasta no se saca suficiente para pagar lo que debes, el banco no puede ir a por el resto de tus propiedades para cobrarse el resto de la deuda. Mucho progre antisistema se ha puesto contentísimo con esto. Y en realidad es una aberración ilegal, antijurídica, injusta y que, si se consolida, nos va a perjudicar a todos.
Permitidme que resuma los hechos para quien no se quiera leer todo el auto. Una pareja pide un 71.000(1) euros de crédito al BBVA y, en un momento determinado, dejan de pagar las cuotas. BBVA les demanda y el juez les condena a pagar esos mismos 71.000(2) euros. Ellos no pagan, el juez les embarga la casa y ordena la subasta, que queda desierta. Como está desierta, adjudica el piso al BBVA(3) por un importe de unos 43.000(4) €. Pero cuando el BBVA va al juez a reclamarle que continúe embargando a la pareja por los 28.000(5) euros que quedan el juez se niega y dice que con el piso basta. Argumenta esta decisión diciendo que pedir más de lo que vale el piso es abuso de derecho y que además el piso, cuando se concedió el préstamo, estaba tasado en 75.000 euros, lo que es más que el principal así que el banco ha hecho incluso negocio.
Por supuesto (y aquí ya me alejo un poco de la exposición sucinta de los hechos), eso es una soberana estupidez. En primer lugar, si condenas por 71.000 y efectúas una dación en pago por valor de 43.000 (es decir, le das el piso al banco diciendo que vale eso) el hecho está en que faltan 28.000 por pagar y hay que proseguir la ejecución. Punto pelota. Si hubieras efectuado la dación en pago por los 75.000 euros de valor de tasación a lo mejor el asunto tendría una mínima lógica, pero no puedes decir “vale, le deben a usted 71.000 euros, ahí tiene un piso de 43.000 y no pida más que en realidad vale 75.000”. Es una animalada tan grande que no soy capaz de imaginar un contexto lógico que explique por qué das algo en pago por valor de 43.000 que salda una deuda de 71.000, o al menos no sin sacar a la palestra los efectos de la física cuántica en la multiplicación de los panes y los peces. Pero sigamos.
Aparte de decir esto que he dicho yo, el BBVA le dice al juez que el piso no vale 75.000 euros, oiga, que una cosa es en lo que se tasó antes de la crisis y otra muy distinta lo que vale ahora. Que lo hemos sacado a subasta por 43.000 euros y no lo ha querido nadie, lo que quiere decir que su valor de mercado es, en realidad, inferior al importe por el que se adjudica en dación en pago. Pero es que. Además, aquí tiene una tasación con fecha de anteayer, señoría, que dice que, en efecto, el piso no vale 75.000 ni en los sueños húmedos de Paco el Pocero. Y el juez viene a decir que no le importa, que estaba tasado así, que no tiene evidencias de que el precio haya cambiado y ahora valga menos(6), que el que la subasta esté desierta no quiere decir nada y que esa tasación a fecha de hoy se la mete usted donde no brilla el sol porque no es el momento procesal oportuno para aportarla (el equivalente español a “no aceptarla como prueba”). Así que nada, nada, aire que tengo otro caso.
El BBVA, supongo que bastante aturdido ante la manifiesta estulticia del juez, recurre la decisión, claro. Y la Audiencia Provincial se lo lee y dicta, a mediados de diciembre, el auto que es noticia en el que rechaza el recurso, confirma la decisión del juez de primera instancia, deja al BBVA con un inmueble que no quiere y que apenas cubre la mitad de lo que le deben y sin posibilidad de ver ni un céntimo más. Dejadme que os explique las consecuencias del auto con claridad: si la pareja esta fueran millonarios y tuvieran cientos de miles de euros en efectivo en una cuenta del propio BBVA, el BBVA no podría tocarlos. Aunque la parejita en cuestión tenga para pagar (que no sé si lo tienen) no tienen que hacerlo. El banco se come el piso y punto. Ah, y, encima, para unir el insulto a la ofensa acaba condenado en costas, que no se me olvide.
El auto en cuestión tiene párrafos que no tienen desperdicio. Después de reconocer que la pretensión del BBVA de que le paguen lo que le deben “desde el punto de vista formal y de estricto ejercicio del derecho (¡Pues claro que desde el punto de vista del estricto ejercicio del derecho, pazguato, eres juez, no un árbitro de equidad, lo que tienes que hacer es aplicar la Ley, no lo que te da la gana!) no estaríamos ante un abuso de derecho”, lo cual ya de por si debería ser suficiente para revocar la decisión del juez de instancia al destruir la ratio decidendi se pone a hacer una “pequeña consideración” en la que viene a decir que, al fin y al cabo, si el valor del piso ha bajado es por culpa de los bancos que han creado la crisis, así que si el BBVA va a salir perjudicado, pues en el fondo está bien.
Lo digo en serio.
“(…) si bien (…) la actuación del banco se ajusta a la literalidad de la ley y efectivamente tiene derecho a solicitar lo que ha solicitado, (…)ello no obstante no deja de plantemos una reflexión (…) relativa a la razón por la que la parte apelante impugna el Auto recurrido, por considerar que en realidad el valor de la finca subastada y adjudicada materialmente al banco, hoy por hoy, tiene un valor real inferior al que en su día se fijó como precio de tasación(…). La base de la manifestación de que la finca subastada tiene hoy por hoy un valor real inferior, se basa en alegaciones como que la realidad del mercado actual ha dado lugar a que no tuviera la finca el valor que en su momento se le adjudicó como tasación, disminución importante del valor que une a la actual crisis económica, que sufre no sólo este país sino buena parte del entorno mundial con el que nos relacionamos. Y siendo esto así y en definitiva real la importantísima crisis económica, que ha llegado incluso a que la finca que en su día tasó en una determinada cantidad, hoy en día pudiera estar valorada en menos, no podemos desconocer que ello tiene también en su origen una causa precisa y que no es otra, y no lo dice esta Sala, sino que ha sido manifestado por el Presidente del Gobierno Español (…),que la mala gestión del sistema financiero del que resultan protagonistas las entidades bancarias.
No querernos decir con esto que el BANCO BILBAO VIZCAYA ARGENTARIA sea el causante de la crisis económica (Vaya, menos mal) , pero sí no puede desconocer su condición de entidad bancaria y por lo tanto integrante del sistema financiero, que en su conjunto y por la mala gestión de las entidades financieras que sean (…) han desembocado en una crisis económica sin precedentes desde la gran depresión de 1929.”
Y sigue:
“Moralmente es rechazable que se alegue para intentar continuar la ejecución la pérdida de valor de la finca que servía de garantía al préstamo, que no se hubiera concedido si no hubiera tenido un valor suficiente para garantizar el préstamo concedido, que fue fijado por la entidad bancaria ahora ejecutante, o cuando menos aceptado, siendo que dicha pérdida de valor es directamente achacable a la crisis económica, fruto de la mala praxis del sistema financiero, que repetimos, aun cuando no quepa atribuirla directa y especialmente al BANCO BILBAO VIZCAYA ARGENTARIA, sí que no deja de ser una realidad que forma parte de los protagonistas de dicho sistema financiero, y de ahí que resulte especialmente doloroso, que la alegación que justifica su pretensión, esté basada en unas circunstancias que esencialmente y como vulgarmente se dice, ha suscitado una gran sensibilidad y levantado ampollas.”
O sea, que si bien la petición es justa y ajustada a Derecho, resulta que no la concedo porque la considero “moralmente reprochable”. Vamos no me jodas.
Estoy seguro de que muchos de mis lectores más “progres” (o más impenitentemente comunistas, que haberlos haylos) ya están pensando en que hay que levantarle un altar a este señor (que, por cierto, se llama Fco. José Goyena, por si queréis escribirle a la Audiencia) capaz de plantarle cara a un gigante bancario internacional como el BBVA, levantándose para defender al hombre de a pie, que no solo ha perdido su casa sino que encima está amenazado por una malvada corporación que quiere embargarle hasta la camisa, y bla, bla, bla, y que es capaz de actuar con justicia y moral rompiendo los rígidos parámetros de la Ley en función de lo que es bueno y justo y moral y más bla, bla, bla. Bien, si sois de esta opinión, permitidme que os prometa que hay un mundo, no, un universo entero, más allá de vuestras narices. Lo prometo. Si guiñáis un poco los ojos seguro que lo veis.
El mecanismo que ha llevado a esta sala a dictar este auto, es decir, es justo y ajustado a Derecho pero no la concedo porque es “moralmente reprochable” es horrible. No tenemos jueces para que hagan lo que a ellos les parece moralmente correcto, los tenemos para que apliquen la Ley, que es reflejo de lo que nos parece moralmente correcto a nosotros, el Pueblo. No es tolerable que un juez anteponga sus propios principios a la Ley, lo que tiene que hacer es aplicar la Ley o, si eso le resulta verdaderamente imposible por su moral, abandonar la carrera o, como muy poco, abstenerse del procedimiento. Esto de “es legal, pero voy a hacer lo que me dicta mi conciencia” aquí lo veis muy heroico y digno de encomio, pero es el mismo mecanismo que permitiría, por ejemplo y aotros jueces, negar sus derechos a las mujeres o los homosexuales. “Oh, sí, ya sé que esta demanda de acoso sexual en el trabajo es justa y ajustada a Derecho, pero la voy a desestimar porque es moralmente reprochable que alguien vaya a la oficina así vestida”, por no hablar de “Oh, sí, ya sé que esta solicitud de adopción es justa y ajustada a Derecho, pero la voy a desestimar porque los solicitantes son maricas y la homosexualidad es moralmente reprochable en si misma”. En esa dirección no se puede dar ni un paso, entre otras cosas porque os garantizo que hay muchísimos más jueces que consideran que la homosexualidad (p.ej.) es moralmente reprochable en si misma que jueces que consideren que como los bancos han causado la crisis se merecen lo que les pase. Y que tienen muchas, muchísimas más ganas de volver a meter a la gente en el armario que las que tienen los otros de “hacer pagar a los bancos”.
Pero es que, además, desde el punto de vista de economía legal, esta decisión nos perjudica a todos. Tal y como están las cosas ahora, si yo pido un crédito para comprar un inmueble y luego éste baja de valor el riesgo es mío, exactamente igual que la ganancia es mía si sube de valor. Por eso, entre otras cosas, nos lo pensamos seis o siete veces antes de entramparnos para comprar un piso. Si esta sentencia crea jurisprudencia el riesgo se traslada al banco, que se encuentra con que si el piso baja de valor no va a recuperar lo prestado (pero si sube no ve un céntimo más, claro). Eso quiere decir que el riesgo de la operación, para el banco (que en realidad no tiene interés alguno en la operación en si misma), aumenta. Y esto quiere decir que para que a un banco le resulte matemáticamente rentable hacer el préstamo va a tener que subir los tipos de interés, o sea que nos va a costar más pedir un crédito, va a costar más que nos lo den, y nos va a salir más caro. A todos,
Y aunque para algunos tipos de mentalidad colectivista este tipo de distribución de la responsabilidad puede resultar atractivo (a la mía no, yo soy de los de que cada palo aguante su vela) el hecho es que a lo que se presta es al peor de los abusos. Si el auto creara jurisprudencia cualquier especulador inmobiliario podría irse a un banco a pedir un crédito para comprar inmuebles y especular con ellos porque sabe que el negocio solo puede tener dos resultados: (i) o el inmueble sube de valor, y él gana, o (ii) el inmueble pierde valor y entonces le devuelve el inmueble al banco en pago del préstamo, con lo cual él no pierde: pierde el banco. Y como los bancos no pierden, sino que trasladan su riesgo, nos subirán más los tipos hipotecarios. En otras palabras: estaremos financiando, y pagando, las operaciones de especulación inmobiliaria que suben el precio de los pisos que no podremos comprar nosotros mismos.
Ya sé que es muy bonito, y muy ilusionador, pensar que quedan héroes justicieros en el mundo, que trocan capas por togas y espadas por plumas y quitan a los ricos para dar a los pobres. Pero en realidad no es así y los pobres, o al menos los menos pobres como tú y yo, siempre acaban pagando. Nos ha costado muchísimo someter al Estado a la Ley, no podemos olvidarlo y tirarlo todo a la basura de un plumazo. Y tenemos que tener la suficiente perspectiva y profundidad de mira para darnos cuenta de qué es lo que hay detrás de las aventuras del Zorro y de cómo por cada libra que robaba Robin Hood el príncipe Juan subía los impuestos por dos.
No, chicos, no. Este auto es, en la forma, en el fondo y en las consecuencias, horrible. Y si alguien quiere discutirlo, aquí estoy.
Saludos,
Arthegarn.______________
(1) Para ser exactos primero piden un crédito de 59.390 y luego lo amplian en 11.865 más, total 71.255 €.
(2) Técnicamente no son los mismos, la condena es a 71.024 € de principal más intereses, costas y gastos. El hecho de que la condena sea por tal cantidad de principal quiere decir que esta gente dejó de pagar el crédito en seguida (¡solo amortizaron 231 euros de principal!), aunque esto no venga aparentemente al caso.
(3) En realidad aquí ya empiezan los problemas, porque un banco no quiere un inmueble para nada, lo que quiere es dinero para prestar e invertir, que es su negocio. Y esto lo digo aunque sé positivamente que algunos bancos, impelidos por estas ejecuciones y estas daciones en pago, han acabado montando sus propias inmobiliarias (Anida el BBVA, Altamira el Santander…) bajo la idea de que, de lo perdido, saca lo que puedas…
(4) Exactamente 42.895 €.
(5) Exactamente 28.129,52 € de principal más 8.438,86 de intereses, costas y gastos.
(6) No tiene evidencias del cambio de valor de las propiedades inmobiliarias en España porque lleva desde septiembre de 2008 en Marte, con los ojos tapados, algodón en los oídos y cantando “No Pasarán” a voz en grito, supongo.