Dani Mateo y la bandera (de la tolerancia).

El Gran Wyoming, Dani Mateo y quien le dé la gana tienen derecho a sonarse los mocos con la bandera. Es un acto amparado por la libertad de expresión y en el contexto de un sketch además tiene la eximente del animus iocandi, de la intención jocosa. Eso no les protege, por supuesto, de críticas, consecuencias youtubee incluso represalias por este acto. Una cosa es que algo sea legal y otra que sea socialmente neutro y esto no lo es. Menos en este contexto como bien sabían sus autores porque es el trasfondo del gag.

De la misma manera la Clínica Baviera, Álvaro Moreno y quien le dé la gana tienen todo el derecho a retirar su apoyo o a boicotear a quienes se suenan los mocos con la bandera. Y de la misma manera tampoco están por ello protegidos de las críticas, consecuencias e incluso represalias que esto les pueda acarrear. ¿No estás de acuerdo con la actitud de Clínica Baviera? Opérate los ojos en Novovisión. ¿Te parece intolerable que Álvaro Moreno deje de colaborar con El Intermedio? Cómprate el traje en Cortefiel. Etc.

¿Y yo qué opino? Pues lo de la responsabilidad individual de siempre, qué queréis que os diga. Que las quejas, al maestro armero. Que si eres consciente de que no está el horno para bollos y metes uno para hacer la gracia no te extrañe que luego el pastelero te eche a golpes de rodillo del obrador. Que si ves algo ardiendo quizá la mejor forma de llamar la atención sobre ello no sea echare un litro de gasolina. En general, que si sabes que algo es querido por alguien y te ríes de ello en su cara que no te extrañe que reaccione mal. A la hora de hacer un chiste de mal gusto es una necedad cdownloadonfiar en la tolerancia del público a quien se lo haces. Has de conocer a tu público y hacer el chiste solo ante aquellos a los que sabes que les va a hacer gracia o atenerte a las consecuencias, que las habrá.

La tolerancia es una virtud muy escasa. Tengo muchos amigos, sobre todo de derechas, que se las dan de tolerantes y son unos reaccionarios de tomo y lomo. Tengo también muchos amigos, estos sobre todo de izquierdas, que creen que son tolerantes y también son unos exaltados de aquí te espero. La tolerancia solo se puede ejercer cuando alguien hace algo que te molesta o te duele pero tiene derecho a hacerlo y requiere de templanza, de autocontrol, dos virtudes en desuso y a la baja. Lo que es peor, como la limosna cristiana (Mt. 6, 1-4) la verdadera tolerancia no la nota nadie, lo que es mucho más intolerable en esta sociedad de inmediatez y redes sociales que en la Jerusalén de hace dos mil años. Aquí lo que gusta de verdad (sobre todo en la izquierda, pero la derecha liberal no está exenta de ello) es hacer del publicano de aquella otra parábola (Lc. 18, 9-14) y creerse justo y tolerante y proclamarlo a los cuatro vientos y demostrarlo no haciendo ejercicio de esa virtud, sino machacando a los “intolerantes” del otro bando acusándoles precisamente de intolerancia, que queda miy bien esto. Claro, si es que es obvio, ¿cómo va a ser un intolerante alguien que la emprende a gritos con un homófobo, por ejemplo? Pues siéndolo. Porque eso no es la tolerancia. Mucho más mérito a mis ojos tiene quien se ha criado en un hogar tradicional de mi generación y se traga lo que opina del novio de su hijo que quien la emprende a berridos con él por sentir lo que siente. Uno no puede evitar ser como es, como mucho puede evitar comportarse de determinadas maneras y eso es bueno, muy bueno, porque youtubeel hábito hace al monje y el cambio de comportamientos acarrea, a medio o largo plazo, un cambio de criterio y de personalidad

Si lo sabré yo… Y no sólo porque lo digan mis amigos.

Una de mis virtudes menos conocidas pero más apreciadas (sobre todo en el trabajo) es que sé detectar cuando el ambiente está tenso como una cuerda de violín y romper esa tensión contando un chiste. Todo el mundo se ríe, y se ríe mucho, y todo se ve de otra manera. El humor tiene su lugar en situaciones de alta tensión pero tiene que ser un humor absurdo y no relacionado con lo que causa la misma. Uno no menta la soga en la casa del ahorcado ni se suena los mocos con la bandera en un contexto de crecimiento del populismo de derechas. A menos, claro está que lo que de verdad intente sea avivar el fuego que en teoría quiere extinguir*, o que sea un inconsciente y un irresponsable. Pero ustedes mismos.

Me sean tolerantes y se me calmen un poco, que es lo más importante,

Arthegarn_________________

(*) Y/o que sigan aquel viejo adagio de la política española que dice: “que hablen de mi aunque sea bien”.