Ya llevaba dándole vueltas al tema mucho tiempo (un par de años, quizá), pero una cosa que me ha pasado este fin de semana me ha decidido finalmente a hacerlo. A partir de ahora, y a pesar del cariño que le tengo al apodo de «el Brujo», dejaré de ser Arthegarn el Brujo. Ya cuando era católico me repateaba un poco, así entre nosotros, porque era bastante incoherente que me llamara así cuando no creo en la brujería (no es que crea que no existe, es que no he visto nada que indique que existe y lo anduve buscando muy seriamente unos años), así que ahora que soy positivista – naturalista la contradicción es tan flagrante que cuando «El Brujo» entra por la puerta la integridad intelectual salta por la ventana.
Así que ya sabéis, se acabó lo de El Brujo. Bueno, como excepción los miembros del Core (sobre todo los torrejoneros) pueden seguir llamándome «Bruji» (algo que, de cualquier forma, no iba a conseguir evitar a pesar de lo ignominioso que resulta…). A los demás, se abre la votación para elegir el nuevo epíteto. En Facebook ya hay propuestas que van desde Arthegarn el Inquisidor a Arthegarn el Ermitaño pasando por Arthegarn el Negro y Arthegarn el Sabio.
increíble que nadie haya votado aun por Arthegarn el Calvo…
Pensamientos sobre mi vida 