De dinero, la verdad es que con la que está cayendo no me puedo quejar.
Este año hemos tenido los sueldos congelados en Clifford Chance. Desde el socio más equity hasta el último becario hemos estado todos con un frío que pela. Ya sé que en teoría y teniendo en cuenta que estamos en deflación eso quiere decir que mi poder adquisitivo ha aumentado un 0.7% (en realidad un 0.4%, que vivo en Madrid), pero entre tres o cuatro estupideces que hice en el primer semestre, el coche (que es como tener un hijo tonto, no me da más que disgustos) y otro par de cosas, donde el año pasado conseguí ahorrar casi el 25% de mi salario neto este año no voy ni por el 7%. Vale que a fin de año siempre se hace un esfuerzo, pero… En fin, que no sé los demás, pero por mucha deflación que haya yo me siento con menos poder adquisitivo este año. Menos mal que el tema mejorará en 2010. Entre la descongelación y lo que me voy a ahorrar en cervezas voy a nadar en la ambulancia, me parece a mí.
En CC tengo la sensación de que ha pasado lo peor de la crisis. Terminada la tan temida reestructuración, que ha afectado tanto a socios como a personal de todas las categorías en todo el mundo, y que en mi departamento se ha saldado con la salida
, forzada o voluntaria, de nada menos que ocho abogados en un año; entre ellos Helga y Roweena, que eran mis jefas cuando entré en 2006 (todo sea dicho, Roweena, que fue quien inauguró el éxodo, se fue a un puesto magnífico en el BSCH y a Helga tampoco es que le vaya mal) la tranquilidad ha vuelto a Castellana 110. Se echa de menos a mucha gente, claro (yo sobre todo a Iulius, que es el único al que no puedo ver regularmente porque se ha ido a USA), pero la vida sigue. Ha habido un par de veces en las que yo mismo he estado un tanto intranquilo, pero parece que todo se va a resolver sin mayores problemas. El trabajo va fluyendo, el mercado(1) se va reactivando poco a poco y por fin se ha aprobado la ley de las SOCIMIs, que debería dinamizar bastante la situación(2). Pero vamos, tampoco os quiero aburrir. Albus me ha invitado a comer la semana que viene, por cierto. Seguro que no es nada y que sólo quiere comer y charlar de nuestras cosas pero… en fin, estas cosas siempre ponen un poquito nervioso.
Fuera de CC están pasando cosas interesantes que no puedo comentar demasiado abiertamente. El mercado de contrataciones se está moviendo (parece que el puesto aquel de Ocaso del que os hablé alguna vez vuelve a estar disponible, por ejemplo, y hay una constructora que me tira los tejos) y pululan por la cercanía de mi práctica privada dos proyectos interesantes interesados en ficharme, uno más establecido y otro que está empezando pero que por motivos personales me resulta más interesante, la verdad. Lo que pasa es que CC es un sitio maravilloso para trabajar. Pagan bien, son comprensivos con tu vida particular, el empleo es estable (sobre todo ahora pasado el reshape) y el equipo es absolutamente de primera, tanto a nivel profesional como personal. Y el hecho de que si me fuera de CC dejaría de trabajar para Albus (y digo «para él» y no «para alguien como él» porque no creo que haya muchos «como él») encarece el convencerme de que lo haga como en un 50%. Y aun así parece que hay gente dispuesta a pagarlo (alguien, probablemente tirándome la caña, me dijo el otro día que, en realidad, valgo mucho más de lo que cobro e incluso de lo que me gustaría cobrar).
Conque nada, ha sido un año un poco complicado y a día de hoy me quedan 163,76 euros para pasar el mes, pero es un dato anecdótico todo pinta muy bien y, después de 2005, dudo que jamás vuelva a decir que estoy mal de dinero…
Saludos a todos y buenos deseos,
Arthegarn
(1) Daos cuenta de que el mercado en el que trabaja el departamento es el mercado inmobiliario, terciario, singular y con compradores o vendedores transnacionales (GOEFs, REITs y cosas así.)
(2) Si tenéis un dinero que no sabéis qué hacer con él, plantearos invertir en SOCIMIs. Tienen un tratamiento fiscal tan ventajoso que, caeteris paribus, resultan un 18% más rentables que la bolsa, por ejemplo…
y las cremas (sí, lo admito, he empezado a darme cremas, pero es que ya tengo 35 años y va siendo hora de empezar a cuidarse un poco, ¿no?) me veo bastante guapetón últimamente, la verdad. Este sábado tengo una fiesta con los amigos de la adolescencia – la pandilla que tenía hace cosa de veinte años y, viendo las fotos por facebook, creo que soy de los que menos va a avergonzarse de su barriga / ojeras / etc(1).
sis (entre otras cosas me van a decir si tengo sífilis, mira tú) y el lunes tengo una serie de pruebas de esas tipo House (una vez más, bendito servicio médico del Colegio de Abogados). El neurólogo dice que puede ser cualquier cosa, incluyendo palabras con siniestras resonancias, como Alzheimer, que repito porque eso ya sabemos que no es, o que puede no ser nada; que igual estamos un par de meses haciendo pruebas y que no me extrañe si, al final, lo descartamos todo y nos quedamos con que tengo esos síntomas y se acabó, que son cosas que pasan y que llevo toda la vida haciendo vida normal con episodios disociativos de esos y que puedo perfectamente bien vivir otros cincuenta años igual de bien.
diario delante de la tele y como poco. Y no vamos a hablar de los fines de semana, que a lo mejor el sábado empezaba con la primera a eso de la una cuando sacábamos al perro, comía con vino o cerveza y luego si salía caían fácil entre tres y seis litros más, dependiendo de la duración de la noche… Y Slanter se fue de la Mazmorra en 2006. Puedo decir sin temor a equivocarme que, si consigo mi objetivo de llegar impoluto al cumpleaños de mi madre (28 de noviembre, y todo apunta a que lo conseguiré) será el periodo más largo de sobriedad ininterrumpida desde finales de los ochenta.