Cuidado con las cajas de resonancia.

Lo comenté ayer en la fabada político-filosófica y lo repito en público. Hay una tendencia natural a sentirnos cómodos cuando alguien expresa una opinión con la que estamos de acuerdo e incómodos cuando expresan la contraria. Esto deriva en que nos guste rodearnos de y hablar con gente que piensa como nosotros. Facebook y el resto de las redes sociales lo saben y por eso intentan mostrarte estados de gente que piensa como tú y no de gente que diverge. Eso amplifica todavía más el efecto anterior y crea una caja de resonancia en la que todo el mundo está de acuerdo con nosotros y casi nadie discute. Como el mundo real no es así, cuando luego encontramos gente que piensa de otra manera nos resulta sorprendente, chocante, agresivo, y estamos menos preparados para poder escuchar lo que dicen y dialogar con ellos. Esto lleva al aislamiento, a la división en bandos, a la radicalización y, eventualmente, al enfrentamiento; no hay mucha diferencia entre quien solo habla con quienes están de acuerdo y quien es lector de un solo libro.depositphotos_120979284-stock-photo-timeo-hominem-unius-libri-a

Ya están las cosas bastante mal. No os voy a pedir que, como hago yo, busquéis activamente salir de vuestra zona de confort y hablar con gente (inteligente) que opina lo contrario que vosotros o que intentéis tender puentes o hacer pedagogía, pero por lo menos no os dediquéis a borrar de vuestra lista de amigos a quienes expresan opiniones, sobre todo políticas, que os ofenden o con las que no estáis de acuerdo. Si no lo hacéis por vosotros hacedlo por ellos, porque al borrarles les estáis condenando a su propia caja de resonancia y, por tanto, a que profundice y se radicalice en esas ideas que tanto os repugnan.

Hay que hablar. Hay que escuchar, a ser posible antes de hablar. Si no vamos todos al barranco y no me refiero solo al tema de la independencia, pasa lo mismo con la economía, la política internacional, las de justicia e igualdad, la religión, el fútbol y las series de Netflix que hay que ver.

La tolerancia de verdad da sarpullidos. Pero es solo al principio, lo prometo. Luego se pasa y te hace más fuerte. NOS hace más fuertes.

Un abrazo,

A.

10 opiniones en “Cuidado con las cajas de resonancia.”

  1. En cierto modo yo ahora uso Facebook como consuelo. Porque efectivamente funciona como caja de resonancia. Por eso estos tres días he ido bloqueando fachas. Porque no quiero ni saber lo que dicen. Pero bueno, soy consciente.

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  2. Qué orgullosa estoy de mí misma 😜. Estoy permanente fuera de la zona de confort con amigos del blanco al negro pasando por todos los grises. Es incómodo, es tocapelotas, hay que reprimir instintos primarios de aniquilación y rayos destructores pero la satisfacción de no estar en una burbuja con epicentro en tu ombligo no tiene precio. Que te acusen de facha, tibia, equidistante o anti española a la vez tampoco tiene precio. Me he propuesto no borrar a nadie de mi entorno facebookil por opiniones opuestas a las mías.

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  3. El problema que le veo a esto es la carencia de argumentos por parte de según qué facciones. Se puede argumentar. Pero si mis argumentos los vas a querer rebatir agitando más fuerte la banderita… pues no hay debate.

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  4. Mi amigo Ramón Ramón Nogueras se hace eco de esta reflexión de Arthegarn. Y yo también, porque creo que es importante, y cada vez lo pienso más: aparentemente damos forma a las redes sociales con nuestras intervenciones, pero la realidad está siempre llena de realimentaciones: también es verdad que las redes sociales nos hacen a nosotros, troquelan nuestra mente y sólo facilitan el libre intercambio de ideas en apariencia: al final tenemos grandes cajas de resonancia de nosotros mismos, somos inmunes al pensamiento alternativo, formamos burbujas de confort intelectual a nuestro alrededor.
    Receta sencilla: no confundir al troll con el disidente, mantener visibles a quienes razonan en desde parámetros diferentes a los tuyos, leerlos con atención y cuidado, y, eso sí, don’t feed the troll.

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  5. Yo a veces creo que no tengo fortaleza para eso. Entre compañeros que creen que las mujeres no estamos capacitadas y sólo estamos en la academia/industria por cuotas, compañeros y profesores/antiguos jefes que encuentran inmoral que una mujer no quiera casarse y me desprecian por ello, y ahora familiares que justifican y aplauden la violencia policial de ayer (sabiendo que miembros de su propia familia estaban allí), la verdad es que la mayoría de días preferiría vivir en una caja de resonancia. Las «opiniones» no existen en el vacío ni existen sin consecuencia si hacen referencia a personas reales.

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  6. Todo muy bonito. Pero, cuando te encuentras con gente inteligente que defiende ideas utilizando argumentos que sabe que son falsos, ya no estás dialogando. Estás asistiendo a un insulto público a la inteligencia.

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