La Sopa Boba (I)

A principios de junio puse como mi estado en Facebook la siguiente frase: “¿Y por qué, exactamente, los que producimos con nuestra habilidad tenemos que mantener a los que no aportan al Sistema otra cosa que su necesidad?” Las reacciones fueron unos 40 comentarios, algunos discutiendo, algunos directamente insultando y otros pidiendo que desarrollara lo que quería decir. Bien, voy a intentarlo, pero como lo quen quiero decir es largo y complejo lo haré por entregas.

Comencemos con una fábula.

Erase una vez un informático a quien contraté para que me hiciera una página web. Acordamos que cuando la página estuviera lista le pagaría su precio y, un mes después, volvió con mi página lista, a reclamarme lo convenido. 39963_1513020818170_2633914_nTeníamos un trato, él había cumplidon su parte y yo tenía que cumplir con la mía. Lo que es más, el tenía derecho a exigirme que le pagara, así que así lo hice.

Un mes después el mismo programador oyó que quería introducir unas mejoras en mi página web y, sin hablar conmigo, se puso a hacerlas cuando las tuvo terminadas vino a mi casa a presentármelas y a reclamar que le pagara. Yo le expliqué que no teníamos ningún trato y que no le había encargado nada, así que no tenía ningún derecho a exigirme nada. Él me dio la razón y me dijo que, entonces, mirara lo que había hecho a ver si le interesaba, yo me lo quedé y le dije que volviera en una semana. Me gustó su trabajo e implementé las mejoras, y a la semana siguiente vino a reclamar su dinero porque me había ofrecido algo que me interesaba, yo me lo había quedado y tenía que cumplir con mi parte y darle su dinero. Lo que es más, el derecho que no tenía a exigirme nada la semana pasada ahora sí que lo tenía, así que se lo di.

Un mes después quise introducir otras mejoras en mi página web así que llamé a este programador que tan buen trabajo hacía y se las encargué. El aceptó pero un mes después vino a mi casa a reclamar su pago con las manos vacías. Le dije que no pensaba pagarle, porque aunque teníamos un trato él no había cumplido su parte, así que no tenía derecho a reclamarme nada y se fue, tan con las manos vacías como había venido.

A la mañana siguiente volvió a aparecer por mi casa, todavía sin la página, y me contó una triste historia que, básicamente, decía que el había querido hacerme las mejoras, pero que le había sido imposible porque un componente que necesitaba no le había llegado todavía, y volvió a exigirme que le pagara lo convenido. Yo le dije que lamentaba mucho lo que le había pasado el mes anterior, pero que el problema era entre la compañía de transportes y él, que no tenía nada que ver conmigo y que no tenía derecho a exigirme nada, porque ese derecho nacía de que hiciera su trabajo y de que lo hiciera bien, no de sus buenas intenciones al respecto. Entonces él se enfadó mucho y me dijo que yo no entendía la situación, que el contaba con ese dinero, que lo necesitaba porque tenía que hacer frente a unos pagos y que yo tenía que dárselo, que estaba obligado a dárselo porque si no le embargarían. Le dije que estaba muy equivocado y que yo no estaba obligado a nada porque no tengo por qué hacer frente a los incumplimientos de la compañía de transportes que había contratado. Pero, como al fin y al cabo yo seguía queriendo que me hiciera esas mejoras, le dije que estaba dispuesto a pagárselas por adelantado si él se comprometía a tenerlas en un mes. Él aceptó, yo le pagué y un mes después cumplió con su parte del trato y pude introducir las mejoras.

Un mes después el informático volvió a aparecer por mi casa con unas mejoras para la página que yo no le había encargado y que no quería para nada, pero que él había hecho. Le dije que no las quería. Él me dijo que había estado trabajando en esas mejoras y que quién se las iba a pagar, y yo le contesté que no me interesaba cambiar así la página. Él me vino a decir que ya que las había hecho yo tenía que aceptarlas y que pagárselas, y le dije que no; que él había trabajado, sí, pero que lo había hecho porque le parecía bien y que no tenía derecho a exigir a nadie que le pagara por hacer lo que a él le parecía bien hacer. Entonces me volvió a decir que si no consegúía el dinero le embargarían y le dije que lo sentía mucho pero que ese era su problema y que no tenía derecho a venir a exigirme que yo resolviera su problema comprándole algo que ni había encargado ni quería para nada.

El mes pasado, de nuevo, el informático volvió a aparecer por mi casa con una historia fantástica en la que él había querido dedicar un mes a hacerme una mejora en la página que, él estaba seguro, me habrían encantado, pero que llovió mucho y se quedó sin internet y no pudo hacerlas, pero que si él las hubiera hecho yo las hubiera implementado ipso facto. Y me exigió que se las pagara. Yo me quedé de piedra mirando a aquel tipo que exigía que yo le diera dinero por nada en absoluto, por un trabajo quen no había hecho referente a un producto que yo no quería, ni había encargado y que encima ni siquiera existía. Le dije que bajo ningún concepto pensaba pagarle por no haber hecho nada en absoluto y le mandé a su casa.

Ayer llamaron a mi puerta y una persona a la que no conocía absolutamente me contó una triste historia sobre por qué, por circunstancias que escapaban a su control, no tenía nada que ofrecerme, pero que aun así quería que le diera dinero por nada, como era mi obligación «como ser humano».

Y bien. ¿Tendría que pagarle? ¿Tendría él derecho a exigirme que le pague?

(La segunda parte de la serie, aquí.)

17 opiniones en “La Sopa Boba (I)”

  1. Me gusta esta primera edición de la que promete ser uan interesante serie de artículos y espero con ganas la siguiente entrega.

    Y respondiendo a tu pregunta, no, no deberías aflojar ni un duro

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  2. Este tipo de cosas pasan demasiado amenudo con gente que hace paginas web.Trabajos a medias, trabajos con desgana o a destiempo.No se si ha ocurrido de verdad, pero yo lo he visto ya en diversas ocasiones…a personas y a empresas.

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  3. ¿Tendrías que pagarle? No. Solo le pagarías en el caso de que su triste situación conmoviera tu compasión y solidaridad humanas y quisieras echarle un cable sin esperar nada a cambio por la simple satisfacción de hacerlo, por amor de dios, de Cristo, de Buda o del Karma.
    ¿Tendría él derecho a exigirte a que le pagues?Rotundamente NO. Vamos, es para reirse en su jeta.
    Asi lo veo yo, al menos.

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  4. Me ha gustado mucho la ¿metafora?. Hay que inventarse alguna palabra que signifique en azteca de los bosques «pequeña fabula ficticia de arthagarn en la que se muestran situaciones comparables a otras, pero cuyas conclusiones no se pueden extrapolar».

    Por desgracia la realidad es bastante mas compleja. Y aunque fuera asi de sencilla, no es tan facil de resolver. ¿Alguna vez te ha instalado telefonica canguronet sin pedirselo? 😉

    Aunque parezca nazi y no te lo creas, yo comparto en cierta manera tu idea de que los que «producimos» no debemos pagar los gastos de los que «no producen». En cierta manera. De hecho creo que hay dos posibilidades practicas. Una que tira (hablando mal y pronto) mucho hacia la idea que puede tener la gente en general del comunismo, y otra que tira bastante hacia la que tienes tu.

    Lo que hay ahora mismo es insostenible.

    Pero claro, como no puedes definir los modelos economicos y sociales tu solo en el salon de tu casa, te toca «adaptarte» a lo que existe. Que casi nunca es utopico. Asi que en cierta medida, veo tan valida la «noble posicion del productor de servicios que no quiere que su beneficio se reparta entre la escoria social» como la del que busca los entresijos en el sistema para conseguir beneficios a costa de la produccion de los demas.

    Porque, al fin y al cabo, cuando ajustas todo lo posible una declaracion de la renta, estas haciendo algo asi. Y como hablabamos hace un par de dias, es muy dificil forrarse siendo un honrado empresario, y extremadamente facil hacerlo siendo un hijo de puta sin escrupulos.

    En cada uno esta encontrar el punto de equilibrio.

    Lo que no hay es un punto de equilibrio global para la sociedad, porque ahora mismo, teniendo algo de idea y unas aspiraciones no demasiado altas, es muy facil vivir de la produccion de los demas.

    Todo esto al margen de que la produccion real de cada individuo es irrisoria, una ilusion. No se si has leido algo de Seth Godin pero te lo recomiendo. Podriamos generar el mismo rendimiento que tenemos en una semana trabajando 4 horas, si se optimizaran todos los procesos, burocracias y demas. De hecho hay gente que lo hace 😛

    Pero no interesa tener a 40 millones de personas con 36 horas libres a la semana, desde luego.

    Seria diferente si tu ejemplo se replantease con indigentes en vez de con informaticos, con señores discapacitados por una enfermedad o un accidente de trafico, o con fisicos de particulas. porque dime tu que produce un fisico de particulas… Tome, una bolsa de bosones de higgs… xD

    Cuando quieras continuamos con la conversacion en una terraza.

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  5. Está claro que la sopa boba lleva a la catástrofe y es moralmente cuestionable, pero ¿Qué sucede con el tartar de ahumados en salsa de ostras aleutianas, bajo crujiente de emperador, todo ello bobo (TASOECE bobo para abreviar)? Me explico. Apliquemos alguna de las analogías de la fábula a la plaga de cierto tipo de directivos de alto nivel que, bajo contratos blindados y/o siendo parientes próximos de quienes realmente tiran del carro, dilapidan presupuesto en proyectos inútiles, cenas y paripés, arruinando empresas y siendo los últimos en salir de ellas cuando éstas quiebran (ejemplos de ello no faltan y por desgracia yo he vivido algunos de forma muy cercana incluso casi familiar).
    ¿Qué clase de ética tiene quien, de flor en flor, va contribuyendo a la ruina y al paro por donde quiera que va?
    En estos casos, por la cuantía desembolsada y por las consecuencias a medio plazo sobre terceros, se me antoja mucho peor el TASOECE bobo

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    1. Sopa o TASOECE, el problema es la bobería. Y estoy muy de acuerdo, como te imaginas. No hay ninguna diferencia entre Felipe Tragaldabas y James Taggart (y, de hecho, James Taggart es mucho más peligroso porque su incompetencia puede hacer muchísimo más daño).

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      1. Tus últimas palabras sobre Taggart son exactamente a lo que me refería. A buen entendedor…
        De todos modos es curioso que a primera vista sean mayoría los que únicamente vean en tu ejemplo a Felipe Tragaldabas y no a los dos supuestos.

        Por cierto, como ya imaginarás el anterior comentario anónimo es mío, como este dice lo mismo, te lo puedes calzar sin

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  6. Como en otros temas, opino que al plantear las soluciones, se debe adoptar un marco práctico y evitar lo moral, que es subjetivo.

    En mi opinión, él esta ofreciéndote un producto en base a su experiencia vital (unos vamos a la universidad y otros no), y de ese producto, intangible como una mininovela radiofónica, extrae unos réditos:
    -Te conmueve la novela, o de verdad piensas que está basada en hechos reales y eso te impresiona, pagas.
    -No te conmueve porque no te lo crees o simplemente porque solo lees libros de bricolaje, no pagas.

    En mi opinión, mientras no medie la coacción, que es un delito, la situación que has descrito puede ser considerada como una representación teatral in situ, y que igual que con los mimos, o el violinista de la canción interminable, tu puedes pagar o no.

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    1. A ver si lo he entendido… entonces ¿me estás diciendo que yo debería pagar, pero que el criterio por el que debo decidir si pagar o no no es la situacíón real de desamparo sino la maestría con la que me la ha contado? ¿Que la clave de los pagos «solidarios» no es realmente la situación en la que se halla la persona, sino la pena que pueda dar?

      Well, look at it my way – what am I? I ask you, what am I? I’m one of the undeserving poor, that’s what I am. Now think what that means to a man. It means that he’s up against middle-class morality for all of time. If there’s anything going, and I puts in for a bit of it, it’s always the same story: «you’re undeserving, so you can’t have it.» But my needs is as great as the most deserving widows that ever got money out of six different charities in one week for the death of the same ‘usband. I don’t need less than a deserving man, I need more! I don’t eat less ‘earty than ‘e does, and I drink, oh, a lot more. I’m playin’ straight with you. I ain’t pretendin’ to be deserving. No, I’m undeserving. And I mean to go on being undeserving. I like it and that’s the truth…

      Y, como tienes razón y el discurso es genial, Higgins no solo le da cinco libras, sino que le ofrece cinco más no por que los necesite, sino porque le ha gustado la ejecución. En fin… probablemente vuelva sobre Alfie luego.

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      1. Básicamente, respecto al caso concreto que has descrito, y dada tu pregunta, he propuesto un argumento que te permita actuar mediante un criterio asumible, ya que de tu pre-explicación-analógica, se deriva, que para ti pagar por un producto no pedido y que no te gusta, o por un producto no pedido e inexistente, no es apropiado.

        En consecuencia, puedes pagar, porque crees que estás moralmente obligado, por lo que no necesitas del argumento que he expuesto, puedes pagar porque eres superguay y dando cinco euros a un pobre, puedes permitirte ser progre y gastarte 70 euros en una botella de vino, puedes hacerlo porque eres musulmán o cristiano o hare-khrisna, y la limosna es parte de lo que te distingue de la chusma hereje etc… o… y esta es la parte que soluciona tu problema, puedes ser Higgins y pagar, porque lo que ves es digno de ello (no has pedido el producto pero te gusta) o no pagar (porque no solo no has pedido el producto, sino que además no te gusta)
        El razonamiento no es mio, sino suyo, de ahí que piense que quizás «Digno de Alfred Doolittle» se deba aplicar, en consecuencia, ¡a su post y no a mi comment!

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  7. Bueno, puede ser que esa persona con los impuestos de su sueldo estuviese pagando el colegio público al que fuiste (por ejemplo). Ahora que por su triste historia no tiene nada, te pide ayuda. ¿No es eso Estado Social?

    El problema son los abusos… me faltan antecedentes y es que las cosas no son blanco y negro, aunque así sería más fácil.

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    1. Sí, es que eso es precisamente, y de eso me quejo, pero ya desarrollaré en los próximos artículos.

      En cualquier caso no estás viendo, o queriendo ver, el punto clave de mi argumento. Yo no tengo nada en contra de que alguien que lo pase mal me pida ayuda. Mi diatriba es contra que me exija ayuda.

      Por eso tampoco me vale el argumento de los impuestos. Si esa persona contribuyó en parte a pagar mi educación a través del sistema público puedo hacerlo por dos razones: (i) porque quería hacerlo o (ii) porque no le quedaba otra e iba a la cárcel si no pagaba sus impuestos.

      Si contribuyó a mi educación porque quiso, yo no le pedí nada, así que él no tiene derecho a exigirme una compensación; exactamente igual que si yo regalo algo a alguien luego no tengo derecho a exigirle que me lo devuelva, o que me haga otro regalo comparable. Si contribuyó a mi educación bajo coacción, yo no tuve nada que ver en aquello y el lo hizo en contra de su voluntad, así que no tiene derecho a exigirme que haga voluntariamente lo que él hizo por mi coaccionado: tan mal está lo uno como lo otro.

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      1. Bueno, veamos.
        Si tomamos en sentido literal lo de que un señor venga a exijirme hay dos opciones:
        a – llamariamos al 112 y da igual que seamos de izquierdas o de derechas o los imuestos que paguemos o no.
        b – se saca un carnet de inspector de hacienda (literalmente, hacienda no me da nada a cambio por lo que le doy, sino que se lo da a otras instuciones que lo reparten)

        Si lo tomo en sentido figurado, que es por donde lo he tomado porque, de lo contrario, aqui no hay debate. Entiendo que ese señor lo que hace es exijir al Estado quien, a su vez me exije a mi. Así que, de forma súper esquemática me lo exije a mi. Crei que este sentido se había entendido, pero al ver las respuestas ya veo que di mucho por sentado…
        A mi me da exactamente igual el mtivo por el cual ese señor pagó sus impuestos*. Incluso si no los pagó por el motivo que fuese. Y si no los pagó y fue a la carcél peor aún, porque lo tengo que mantener y encima me ha timado. Lo único que me importa es la legitimidad que tiene para exijir ese dinero. El sistema está creado en el «hoy por ti, mañana por mi, de paso hago unos km de autopista aqui y destino unos fondos a algo que ninguno sabemos qué es». Si este señor exije y está legitimado no veo porque debo juzgarle a él. Me gusta un sistema en el cual cuidemos los unos de los otros, aunque a veces significa que yo debo dar sin recibir nada a cambio. Tal y como lo veo ahora mismo, me alegro de dar, significa que tengo trabajo. Ahora bien, que tampoco me desangren por favor!

        Ahora bien, siempre hablo de ideales, ya sabemos ls abusos que hay los cuales deberían ser severamente perseguidos. Pero nuestra legislación, a veces, parece que penaliza más al honrado poniéndole mil trabas que al timador al cual apenas castiga tras descurirle.

        * He visto de primera mano casos de seguidores acérrimos del más extremo liberalismo económico que, al quedarse en paro, exijían y se creían amparados por unos derechos basados en una tería socialista múchísimo más radical que la que yo propugno (si es que soy socialista en algo).

        (siento las faltas de otrografía pero este no es mi teclado :()

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        1. Tomémoslo, pues en sentido figurado. ¡Es que resulta que el Estado soy yo! Mi tesis es que si ese señor no tiene derecho a exigirme a mi de forma inmediata (=sin intermediarios) tampoco lo tiene a exigírmelo de forma mediata. Lo que pasa es que si metes al Estado entre medias se nota menos, claro, porque como decía Carmen Calvo, «el dinero público no es de nadie». Pero al final sí que es de alguien, porque sale de los bolsillos de alguien.

          Estoy de acuerdo en que hemos creado un Estado en el que las leyes reconocen el derecho de los ciudadanos, en determinadas circunstancias, a exigir del estado determinados subsidios (de ahí lo de la sopa boba), pero es que eso tiene unas consecuencias colaterales que son de las que me quejo (o lo haré en el próximo artículo, a ver si lo termino hoy), a saber: la idea de que, simplemente por existir, tengo derecho a exigir que alguien me mantenga (y dime que es una pensión de subsistencia si no).

          Trataré de explicarlo más adelante. Yo también me alegro de dar, en primer lugar por empatía y en segundo lugar porque eso quiere decir que tengo suficiente como para poder dar. De lo que no me alegro en absoluto es de que alguien meta la mano en mis bolsillos y se quede parte de lo que gano porque «tiene derecho» a que yo le mantenga. Y me da igual si mete su mano desnuda o si se calza antes el guante del Estado (me ha gustado esta frase), mira. Al final es lo mismo.

          (Y, sí, yo también he visto seguidores acérrimos del socialismo montándose una SICAV. A veces me pregunto si es que no tienen ideales, si es que los cambian con el viento, o si es que los tienen pero «se aprovechan del sistema».)

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